A la hora de reiniciar la sesión,
Paula estaba más que repuesta, las palabras de Pedro la habían alentado y su
abogado la había aconsejado.
Ella tenía las de ganar.
Llevaron de nuevo a Facundo, y
todos se acomodaron en sus respectivos lugares.
-Señora Chaves necesito hacerle
unas preguntas más.
Ella se puso de pie.
-¿Cuando comenzó su esposo con el
maltrato físico?
-Hace aproximadamente tres meses
y medio.
-¿Antes de eso, él había mostrado
signos de violencia?
-Facundo siempre había sido
posesivo y un poco controlador pero nunca en exceso, creo que en realidad nunca
le presté atención a eso, poco a poco se fue tornando un poco más violento,
comenzó a gritarme, a controlarme, a exigirme cosas. Pero no fue hasta hace
tres meses que comenzó a golpearme.
La jueza asintió.
Paula regresó a su asiento. Ahora
era el turno de Facundo.
-Señor P… por sus comentarios
hechos anteriormente usted aceptó la culpa por el maltrato físico a su esposa.
Tengo las pruebas para comprobarlo además.
-Su señoría –dijo el abogado de Facundo -Mi cliente
acepta la culpa del maltrato físico, pero la señora Chaves está exagerando las
cosas, además el señor P… afirma que ella disfrutaba de eso, incluso varias
veces fue ella la que lo pidió.
Paula tuvo que cerrar los ojos y
aguantarse. No tenia que perder los estribos.
-La amenaza supuestamente hecha
contra el señor Alfonso es completamente falsa, no existe prueba de ello,
solamente el testimonio de la señora de (P)…. Eso no es una prueba contundente.
-¿Y su cliente tiene pruebas
acerca de lo que está diciendo? Porque me gustaría verlas.
-Lamentablemente no se cuenta con
una grabación de los hechos.
Paula sonrió. Estaba atrapado.
-¿Qué me dice del intento de
violación?
-Su señoría como le dije, eso no
fue un intento de violación. A la señora le gustaba que las cosas se pusieran
fuertes e incluso agresivas, el señor (P) nada más se dejó llevar por el
momento.
Pedro se estaba agarrando con
fuerza al asiento para no golpear a Facundo y su abogado. ¡Vaya que quería
arrancarles la cabeza! Sentía como la rabia revoloteaba por su cuerpo al
escuchar las cosas que decían de Paula. Pero sonreía al mismo tiempo ya que no
tenían pruebas de nada y Paula sí.
-Señora Chaves, ¿Qué tiene que
decir al respecto?
-Que es falso, por supuesto.
-Señor Alfonso tengo entendido que
fue usted quien llevó a la señora al hospital.
-Así es.
-Me podría contar como pasó todo.
-Claro. Dos amigas de Paula y yo
sospechábamos que algo no andaba bien con ella desde hacía tiempo, el mismo día
en que encontré a Paula, por la mañana le hice una visita a su oficina y le
comenté acerca de que Zaira, una de nuestras amigas, suponía que el problema
era que Facundo pensaba que Paula y yo teníamos algo más que una amistad. Yo se
lo pregunté a ella y ella me lo confirmó. En la noche
recibí una llamada de Paula gritándome desesperada, pidiéndome ayuda, le
pregunté qué pasaba pero ella no me pudo responder, escuché a lo lejos la voz
de un hombre gritando y luego la llamada se cortó. Intenté llamarla varias
veces pero no me contestó hasta que después de varios minutos ella volvió a
llamar y me dijo que necesitaba que fuera por ella, la recogí en un parque que
esta a una cuadra de su casa.
-¿Cómo la encontró?
-Al llegar al lugar no la pude
ver en el coche así que me bajé, de pronto ella se acercó corriendo hacia mí
pidiéndome que nos fuéramos de allí inmediatamente. La vi tan asustada que no
renegué y nos subimos al auto, ella no dejó de llorar en todo el camino hasta
que llegamos a mi casa en donde pude ver que su ropa estaba destrozada y tenía
muchos golpes por todo el cuerpo. La llevé a las clínicas de inmediato. El resto de
la historia creo que ya lo sabe.
La jueza le dio permiso a Pedro
de sentarse y comenzó a revisar unos archivos en su escritorio.
-Algo más que deseen agregar las
dos partes antes de que se tome una decisión.
Ninguno agregó nada más.
-Muy bien. Si no hay nada más que
decir, la decisión ya está tomada.
Todos contuvieron la respiración.
Era hora, Facundo podría salir
como un hombre libre o pagar años de cárcel por todo el daño cometido.
-Basado en los relatos de varios
testigos, y las evidencias… declaro al señor Facundo P. culpable de todos los
cargos.
Pedro suspiró de alivio al
escuchar el veredicto y abrazó a Paula, ella se aferró fuertemente a sus brazos
y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas. El abogado de Paula sonrió
satisfecho.
Pero no todos tomaron bien la
noticia.
-¡Qué!
-¡Esto no puede ser! Yo no tengo
la culpa de que a mi mujer le gustara la agresividad, yo lo hacía porque ella
disfrutaba conmigo. ¡Ella es la que tiene que pagar!
Facundo se había levantado hecho
una furia, los oficiales lo tomaron de prisa para evitar que causara algún
destrozo.
-¡Me las vas a pagar maldita
zorra! ¡Esto no se va a quedar así! ¡El día que salga de la cárcel me las vas a
pagar todas!
Paula le detuvo la mirada y le
sonrió.
-En ese caso, te voy a estar
esperando Facundo, ya no puedes hacerme ningún daño, ya no.
Facundo se volvió loco.
La jueza ordenó llevarlo de nuevo
a la comisaría.
-¿Qué va a pasar con él ahora?
–preguntó Pedro.
-Se llevará a cabo la sentencia,
probablemente con todos los cargos encima en cuestión de días ya estará en la
prisión de la capital. No saldrá de allí por lo menos en unos cincuenta años.
–respondió la jueza
-¿Qué va a pasar con el divorcio?
-Eso ya es historia, mañana mismo
tendrá los papeles, en casos como estos en los que se comprueba el maltrato
físico y más si el acusado ya está condenado es cuestión de papeleo. No
necesitamos la firma del señor (P), solamente la suya.
Paula respiró, su corazón se
aceleró.
-Es usted una mujer libre,
señorita Chaves.
Paula suspiró, ¡Qué bien se
escuchaba la palabra señorita de nuevo! Claro que lo había notado. Y claro que
se sentía libre.
-Muchas gracias por todo.
-No tiene nada que agradecer, la
justicia se hizo presente.
Después de eso la jueza se puso
de pie y salió del juzgado. Pedro y Paula agradecieron a su abogado por todo y
quedaron de acuerdo para recibir los papeles de divorcio.
Ahora sí, todo había terminado.
Por fin podía respirar con toda
la libertado del mundo y ya no sentía ningún peso sobre ella, como la jueza le
había dicho, era una mujer libre, de todo.
-Pau, estoy muy orgulloso de vos.
Paula sonrió y lo abrazó de
nuevo.
-No habría logrado nada sin vos
ni Zai, ustedes son mi familia, ustedes son todo mi soporte. Gracias por todo.
Estuvieron unos minutos más
abrazados hasta que decidieron salir.
Zaira fue corriendo hasta ellos
queriendo obtener noticias de lo sucedido, pero Paula se llevó una sorpresa al
ver a Florencia también allí.
-¡Flor! ¿Qué haces aca?
-¡ Vengo a apoyarte! ¿Qué más?
Paula sonrió.
-¡Pero ya decinos que pasó! ¿Cómo
les fue?
-Declararon a Facundo culpable ¡Y
tengo el divorcio!
Sus amigas solamente se dedicaron
a abrazarla, después de todo, todo lo que había pasado Paula no era nada
agradable.
Pero ahora todo sería pasado y
nada más que eso.
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Ay! Chau Facundo, para siempre? Ojala!
Que lindo es leer sus comentarios y criticas tambien! Me alegra que guste esta historia! Al ser TAN fuerte tenia como cierto miedo a que no gustara!
Hoy aprovecho que tuve un rato libre y subi, porque nose si a la tarde iba a tener internet!
Hasta mañana!:)
Wouuuuuu!!!!!!!!! Al fin se hizo justicia!!!!!
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