Escuchó golpes en la puerta de su
despacho, pensando que era Florencia contestó enseguida.
-Adelante…
-¡Chueca! ¡Hola!
Paula se levantó inmediatamente
de su asiento.
-¡Pepe!
Él sonrió y la abrazó
fuertemente, cosa que provocó en Paula dolor y no pudo evitar gemir.
-¿Paula? ¿Te lastimé? –preguntó
preocupado
Ella sonrió débilmente.
-Es que tenía mi brazo en mal
posición, no es nada no te preocupes.
-Lo siento, creo que me emocioné
de más.
-¿A qué se debe el honor de tu
visita?
-Me tenes en el olvido Paula Chaves,
apenas y nos hemos visto estos días.
-Lo siento, no te imaginas cuanto
extraño nuestros almuerzos, pero con el trabajo…se me hizo todo un lío.
Le estaba mintiendo. ¡Paula le
estaba mintiendo! No lo podía creer.
-Me imagino.
Paula volvió a tomar asiento
enfrente a su computadora.
-¿No tenes calor con esa blusa Pau?
-Ehhh, no… lo que pasa es que
creo que me voy a enfermar, por eso la blusa. –dijo nerviosa
-Sí, buena elección, no sería
bueno que te enfermes –dijo sonriendo
Por unos momentos ambos se
quedaron en silencio. ¿Ahora ya no tenían temas de conversación? Eso nunca les
había pasado, ni el día en que se conocieron, ambos parecían tener siempre algo
que comentar. ¡Aunque fuera de hablar de cómo volaban las moscas, pero
hablaban!
-¿Estás muy ocupada?
-Algo, es que me olvidé
completamente de una campaña que es para esta semana.
-Ya veo. ¿Oye y este fin de
semana vas a estar ocupada?
Paula se tensó. Esperaba que no
le pidiera una salida, no sabría que excusa inventarse.
-Mmm, aun no lo sé, creo que los
hermanos de Facundo llegarán a la casa.
-¿De verdad? Que mal, hace tiempo
que no salimos, por eso lo decía. Zai también te extraña.
Paula levantó la mirada hacia él.
-Creeme que yo también los
extraño mucho a ustedes, espero que pronto tenga más tiempo libre.
Él asintió.
-¿Y que tal Facundo?
-Bien, bien…trabajando, ya sabes.
–dijo seria
-Lo saludas de mi parte.
-Claro.
¡Por Dios! Si Pedro supiera. No,
no…. Nada de contarle nada a nadie. Debía de conseguir que Pedro se fuera de su
oficina. Cada vez estaba más nerviosa e inventaba más mentiras, en cualquier
momento se le vendría todo abajo.
-¿Vos que tal en el trabajo?
-Bien, por el momento noticias
así como que muy importantes no han salido.
-Ahhhh…. ¿A qué horas tenes que
regresar?
-¿Ya queres que me vaya? –dijo
algo molesto
-No, no…. Es que no quiero que te
reten por llegar tarde, además como que no estoy siendo buena compañía, de
verdad tengo que terminar esto.
-Está bien, está bien. Voy a
venir otro día de visita y traeré a Zai conmigo.
-Saludala de mi parte.
-Por supuesto. Chau Pochi.
-Chau.
Pedro salió de la oficina
completamente desconcertado. Esa había sido la charla más vacía y fría que
jamás habría tenido con Paula. ¡Le había mentido, lo había echado de su
despacho!
Algo estaba terriblemente mal.
-¿Zai?
-¡Hey chismoso! ¿Cómo estás?
-Mal.
-¡Qué! ¿Cómo que mal? Explicate.
-Acabo de salir de la oficina de Paula,
te juro que nunca se había comportado así conmigo. Me trato como si no me
conociera, como si fuera un compañero de trabajo ¡No sé! Fue horrible.
-¿Estas seguro?
-¡Claro que estoy seguro! Además
¡Me mintio! Vil mente en mi cara… ah y por cierto…literalmente me sacó de su
despacho.
-¡Qué! pero…¿Por qué?
-No sé, te juro que no la
entiendo, me comenzó a dar excusas de que estaba ocupada, que tenía que
terminar una campaña…no se… ¡No sé!
-Pedro calmate. Me estas poniendo
más nerviosa.
-Tenemos que averiguar qué es lo que
le pasa a Paula. Me acabo de dar cuenta que no soporto que se comporte así.
-Mira ¿Qué te parece si en dos
días le hago una visita a su casa?
-¡En dos días! –gritó
-¡No grites! ¿Me queres dejar
sorda o qué? Si voy hoy será sospechoso ¿Entendes que no queremos que se de
cuenta?
-Está bien, está bien. Siento
haberte gritado.
-No te preocupes, se que es
porque estás preocupado por Paula igual que yo.
-¿Me llamas en cuanto hagas la
visita?
-Quedate tranquilo compañero.
Pedro sonrió.
-Bueno, mejor me voy a trabajar,
así despejo mi mente.
-Eso es lo que tenes que hacer,
relajarte un poco, no vaya a ser que te me enfermes vos también.
Pedro rió.
-Nos vemos Zai, te quiero.
-Yo también Pepe, hasta
luego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario