Abrió los ojos lentamente, aun miraba
borroso y no recordaba donde estaba.
Poco a poco se fue levantando hasta
recordar que se había quedado dormida en el sofá de su oficina. Lo primero que
hizo fue ver el reloj; había dormido dos horas completas. Debían de servir de
algo.
Después de arreglarse un poco salió
de la oficina, para encontrarse con Florencia y Pedro hablando en la recepción.
-¡Vaya! ¡Hasta que despertó la bella
durmiente!
-Sí… sentía la presencia de una
bestia y quise asegurarme de que no corría peligro.
Pedro la vio con los ojos
entrecerrados.
-No puedo creer que trates así a tu
socia, así el negocio jamás va a prosperar.
Paula soltó una carcajada, mientras
que Florencia los veía con cara de pocos amigos.
-La próxima vez, te quedarás hablando
con la pared.
-¡Oh vamos Flor! Sabes que estoy jugando.
-No, no, no…. Ya no te creo nada.
-Ya veremos. –dijo tirándole un beso
mientras le indicaba a Paula que se sentar junto a él.
Paula sin dudarlo se sentó junto a él
y Pedro pasó un brazo alrededor de ella.
-Bueno los dejo para que hablen,
además tengo que terminar un anuncio.
-Anda tranquila, no te vamos a
interrumpir-dijo Pepe
-¡Que considerados!
-Para que veas que buenos amigos
somos –dijo Paula sonriendo
-En una hora quiero una taza de café
sobre mi escritorio..¡ahh! y una dona también.
-Ok.
Florencia desapareció por la puerta de su
oficina.
-¿Tenías mucho rato aca?
-Pues… algo, pero no importa.
-No debiste esperarme.
-¡Claro que sí! Quería hablar con
vos, pero además tengo algo importante que preguntarte.
-¿Qué pasó compañero?
-¿Qué es ese golpe que tenes en el
labio? –dijo en tono serio
Paula sintió como el alma se le caía
a los pies. ¡¿Cómo se había dado cuenta?! Debió suponerlo, a Pepe no se le
pasaba nada. Pero ahora, ¿Qué le diría? ¿La verdad?
No. Definitivamente no.
-Bueno, como ya conoces mi
inutilidad, ayer… pues.. estem… estaba sacando algo de los estantes de arriba
de la cocina, pero la puerta no quería abrir la tire demasiado fuerte y pues
bueno… ya vez los resultados.
-¿Por qué no me extraña? Sos una
distraída de lo peor. La próxima vez tene cuidado, no quiero que mi siguiente
visita sea en un hospital.
Paula le dedicó una sonrisa y él se
la devolvió.
Al parecer la respuesta lo había
convencido, aunque odio la sensación de mentirle a su mejor amigo, la segunda
mentira de la semana, una en cada día.
-¿Y para que venías a buscarme?
-¡Qué! Ahora resulta, ¿Ya no te puedo
visitar?
-¡Pedro! Deja de trasgiversar todo lo
que te digo.
Pedro rió.
-Ya, está bien. Mañana es la fiesta,
vine a que me dieras la bendición.
-Claro, debí suponer que no era una
vistita social.
-¿Y que querías? Todavia sigo
ofendido por el abandono de mañana.
Paula puso los ojos en blanco.
-Ya te dije que no es mi culpa Pepe,
además siempre podremos opinar de las fotos que salgan en los diarios y
revistas la semana siguiente.
-¡Claro! ¡Me gusta opinar! –dijo
sonriente
De repente un grito se escuchó desde
el fondo.
-¡Burlarse y Criticar querrán decir!
-¡Deja de meterte en conversaciones Florencia
Uschi! –gritó Pepe
-¡Quiero mi dona!
Paula soltó una carcajada.
-Creo que voy a mandar a poner
paredes a prueba de sonido.
-Es una buena idea, tu socia es una
chusma, por más que nos critique a nosotros yo sé que ella es peor.
-¡Te escuché Pedro!
-¿Hey… tenes pensado hacer algo hoy?
–preguntó Pepe
-¿Por qué la pregunta?
-Bueno, es que yo no tengo nada
pensado, ¿Queres ir a cenar?
De pronto las imágenes de los golpes,
los gritos y las sacudidas regresaron a su mente como una película, la piel se
le erizó y estuvo a punto de llorar.
-¿Pau?..¿Paula..? ¿Estás bien?
Paula reaccionó.
-Sí, sí, claro. Perdona es que…me
acordé de algo, nada más.
-Te pusiste pálida… ¿Segura estas
bien?
-Sí no te preocupes, es que hoy
apenas desayuné, es por eso, la verdad me estoy muriendo de hambre.
-¿Qué te parece si en vez de cenar...
almorzamos?
Paula dudó, pero si no aceptaba Pedro
sospecharía algo.
-¡Claro, me parece perfecto!
Las horas, los días, las semanas
fueron pasando. La noche que dejaría marcada a Paula para toda su vida no se
había vuelto a repetir. Hace un mes que ya no era la misma, hace un mes que ya
no confiaba en su marido, hace un mes que no paraba de ponerse nerviosa cada
vez que lo miraba.
Sentía el pánico recorrer sus venas
de solo pensar que tal escena se volviera a repetir. Era cierto que no le había
vuelto a poner una mano encima, pero… desde esa noche Facundo no era el mismo.
Estaba más agresivo, más explosivo, más atento a cada movimiento de ella. Y eso
no le gustaba.
Se sentía encerrada, agobiada y
asustada todo el tiempo. Hacía todo lo que Facundo le pedía con tal de que no
se alterara, llegaba temprano a casa, evitaba hablar con Pedro por teléfono
mientras él estuviera en casa, ya no salía tan a menudo como antes, su vida
estaba dando un giro de ciento ochenta grados y no podía hacer nada para
evitarlo.
Tenía miedo, mucho miedo.
----------------------------------------------------------------------------------- Me alegro que les guste! @HeyBett_
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