lunes, 29 de abril de 2013

Capitulo 22


Paula no podía con los nervios, en cualquier momento la llamarían para entrar al juzgado.
-¿Señorita Chaves?
-Sí –respondió inmediatamente
-Ya puede pasar
Pedro y Zaira se pusieron inmediatamente de pie y caminaron junto a ella, hasta que un oficial los detuvo.
-Solamente puede entrar uno de los dos
-¿Qué? –gritó Zaira
-Zai, calmate –dijo Pedro
-Está bien, está bien, creo que en este caso es mejor que entres vos, pero por favor si ves a Facundo rómpele la cara por mí.
-Zai… -ahora fue Paula.
-Esta bien, no digo más nada, los voy a estar esperando afuera. Pau vos no tenes por qué tenerle miedo a ese tipo, decile todo lo que tengas que decirle de una vez, no te guardes nada.
-No te preocupes Zai que así lo haré.
Ambas amigas se abrazaron fuertemente, luego de la mano con Pedro entraron a la sala del juzgado.
Facundo aun no estaba dentro. Los nervios crecían de anticipación, de pronto sintió como Pedro colocó ambas manos en los hombros de ella…
-Tranquila, yo estoy con vos.
Ella lo abrazó.
-Dios, no sabes cuánto me sirve que estés aca.
Una de las puertas de la parte de atrás se abrió dando paso a un Facundo vestido completamente de gris y con esposas en las manos. Paula se congeló al verlo.
Pedro la abrazó más fuerte.
-¡Vaya! ¡Vaya! ¿¡Por qué no me sorprende verte con este imbécil?! –gritó Facundo
-¡Señor P… ! Me va a hacer el favor de mantenerse callado y guardarse sus comentarios a menos que yo le otorgue el permiso –dijo la jueza
Facundo nada más hizo una mueca.
Pedro sentía que le hervía la sangre por dentro. Tenía tangas ganas de darle una buena paliza al aun marido de Paula, pero se estaba conteniendo, debía aguantar por Paula.
-Por favor todos en su lugar – dictaminó la juez.
El abogado de Paula y el de Facundo eran de los mejores del país, al parecer él daría pelea fuerte, pero no podría ganar. Paula estaba completamente convencida de ello.
Lo que se estaba llevando a cabo no era un juicio, tratarían de llegar a una solución sin llegar a un juicio, pero escucharían las dos partes de la historia y sin jurado la juez llegaría a un veredicto.
-Señor Valdez, puede hablar.
Marcos Valdez era el abogado de Paula.
-Mi clienta ha levantado una denuncia de maltrato físico, intento de violación e intento de asesinato contra el señor P… , además de que por supuesto solicita el divorcio.
-Muy bien, ¿Cómo se declara de éstas acusaciones señor P… ?
Facundo sonrió débilmente.
-Inocente
Pedro quiso matarlo.
Paula se tensó inmediatamente.
-Señor Valdez, ¿Hay alguna prueba de las acusaciones?
-Por supuesto.
El abogado acercó uno de los maletines a la jueza.
-La primera son estas fotografías tomadas el día martes 25 de junio del presente año, la señorita Chaves sufrió un fuerte abuso físico por parte de su esposo y ese misma día fue el intento de violación. Como se puede apreciar en las fotografías la señorita tenía toda la ropa desgarrada y con severo golpes en todo el cuerpo. El doctor Casillas quien atendió a la señorita Chaves comprobó que poseía muchos rastros de golpes anteriores que evidenciaban una larga historia de abuso físico.
Paula quería llorar, pero aguantaría. Odiaba recordar ese día, odiaba recordar todos los días al lado de Facundo, pero escucharlo así enfrente de él la estaba comiendo viva. Quería irse, no quería escuchar nada.
Pedro notó la incomodidad de Paula, tomó su mano entre las suyas y entrelazaos los dedos, la apretó fuertemente tratando de brindarle todo su apoyo y fuerza, ella apretó su mano mucho más fuerte.
-La segunda prueba es esta soga encontrada en el lavadero de la casa de la señorita Chaves en donde hay rastros de sangre de mi clienta.
-Señorita Chaves ¿Me podría explicar que fue exactamente lo que pasó? –preguntó la jueza
Pedro estaba atónito. ¿Un lazo con sangre? ¿Qué demonios había pasado? No estaba seguro de querer escuchar la historia.
Paula se puso de pie.
-Facundo llegó ese día completamente tomado, yo me encontraba en la sala, me reclamó porqué uno de sus amigos comentó algo acerca de mi y que él tenía suerte por tener una mujer como yo… de la nada… Facundo comenzó a gritarme de que yo era una cualquiera, que probablemente yo ya me habría acostado con él, yo lo negué y le grité que no se me acercara, él se puso más agresivo….
Paula hablaba con rabia en la voz, lo que menos había era miedo.
-Corrí por una de las salidas de la sala pero tropecé, me alcanzó y me arrastró de los tobillos hacia él, me pegó en el rostro, yo trate de zafarme, hasta que logré arañarlo, pero solo logré enfurecerlo más. Me tomó del pelo y arrastrada me llevó al lavadero en donde con la cuerda me amarró fuertemente a un tubo y comenzó a golpearme por todas partes…. –lágrimas lentas comenzaron a deslizarse por los ojos de Paula
Todos se encontraban atónitos con el relato, Paula describió cada golpe, cada insulto, la forma en cómo la dejó tirada.
-Creo que porque estaba tomado se cansó más rápido de lo normal por lo que cuando ya no pudo estar completamente bien de pie se detuvo, me advirtió que no me acercara a nuestra habitación y me soltó. Me dejó tirada en el lavadero, yo por supuesto no podía moverme, mis muñecas sangraron un poco por la fuerza en la que estaba amarrada y a cada golpe ésta me rozaba, al día siguiente Facundo salió. Yo como pude me levanté y me limpie las heridas, como podrán suponer apenas había rastros de color piel en mí, decidí ese mismo día irme de la casa.
-¿Qué la detuvo?
-Estaba lista con el bolso cuando apareció de nuevo, yo le dije que me iba, que no soportaría más los golpes pero Facundo me amenazó.
-¿Con que la amenazó?
-Él creía que entre Pedro y yo existía algo más que amistad, por ello me amenazó con matarlo si yo daba un paso fuera de la casa.
Pedro quiso morirse. ¿Cómo era posible que Paula haya soportado eso? Estaba horrorizado con la historia que ella acababa de contar, simplemente no podía creerlo.
-¿Tengo que seguir? –preguntó Paula
-¡Claro! ¡Ahora te haces la víctima! ¡Ya no sabes ni qué inventar! Te quedaste porque quisiste, no porque yo te amenazara. Te gustaba que te golpeara, aceptalo. –gritó Facundo.
Paula sintió la sangre hervir por su cuerpo. No comprendía como alguna vez pudo llegar a amarlo.
-¡Como te atreves! ¡Sos un cínico, un desgraciado!
La furia se apoderó de ella inmediatamente se lanzó hacia él y le propinó una cachetada.
-¡Sos un infeliz! Pero dejame decirte que ¡nada de lo que hiciste va a lograr derrumbarme porque vos sos una basura y yo me voy a encargar que los próximos días de tu vida los pases refundido en la cárcel! Ya no te tengo miedo y vas a pagar por lo que me hiciste.
-¡Señorita Chaves por favor tranquilícese y regrese a su lugar! –gritó la juez
Pedro fue por ella, la apretó fuertemente a él.
-Vamos Pau.
-¿Y todavía negas que tenes algo con él? ¡Sos una cualquiera! ¿Qué no lo ve su señoría? ¡Ella está haciendo todo este teatrito para conseguir el divorcio y quedarse con todo para después ir a revolcarse con este periodirsucho!
Pedro estuvo a punto de golpearlo, si no fuera porque Paula lo detuvo.
-¡Basta señor P…! ¡Le dije claramente que se quedara callado! No quiero que vuelva a abrir la boca a menos que yo se lo indique, si lo vuelve a hacer perderá la oportunidad de defenderse. Nos vamos a un receso de quince minutos.
Paula se quedó de pie con la mirada fija en Facundo, no le iba a dar el gusto de verla llorar, de verla débil.
Los oficiales levantaron a Facundo y lo sacaron de la sala…Paula se derrumbó en Pedro.
-¡Es un desgraciado! ¿Por qué no me deja en paz? ¡Qué quiere de mí! –dijo desesperada
Pedro la abrazó con fuerza.
-No escuches nada de lo que dice, esto es lo que él quiere, que pierdas el control, quiere verte vulnerable para poder manejarte, no lo escuches Pau. Te prometo que no voy a dejar que te siga haciendo más daño Paula, pero tenes que aguantar, es la única manera.
Paula comenzó a llorar.
-Pepe esto es tan difícil, recordar es tan…doloroso. Verlo ahi sentado tan relajado me da tanta rabia….
-Ya lo sé hermosa, pero aca estoy yo, no estás sola. Y sé que sos más fuerte que esto, Facundo va a pagar por lo que hizo, eso te lo prometo.
Paula se aferró fuertemente a él y él la sujetó con fuerza.
-Saca todo lo que tenes adentro ahora Paula, porque cuando regrese le vas a demostrar quién sos y de qué sos capaz.

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