Paula no podía con los nervios,
en cualquier momento la llamarían para entrar al juzgado.
-¿Señorita Chaves?
-Sí –respondió inmediatamente
-Ya puede pasar
Pedro y Zaira se pusieron
inmediatamente de pie y caminaron junto a ella, hasta que un oficial los
detuvo.
-Solamente puede entrar uno de
los dos
-¿Qué? –gritó Zaira
-Zai, calmate –dijo Pedro
-Está bien, está bien, creo que
en este caso es mejor que entres vos, pero por favor si ves a Facundo rómpele
la cara por mí.
-Zai… -ahora fue Paula.
-Esta bien, no digo más nada, los
voy a estar esperando afuera. Pau vos no tenes por qué tenerle miedo a ese tipo,
decile todo lo que tengas que decirle de una vez, no te guardes nada.
-No te preocupes Zai que así lo
haré.
Ambas amigas se abrazaron
fuertemente, luego de la mano con Pedro entraron a la sala del juzgado.
Facundo aun no estaba dentro. Los
nervios crecían de anticipación, de pronto sintió como Pedro colocó ambas manos
en los hombros de ella…
-Tranquila, yo estoy con vos.
Ella lo abrazó.
-Dios, no sabes cuánto me sirve
que estés aca.
Una de las puertas de la parte de
atrás se abrió dando paso a un Facundo vestido completamente de gris y con
esposas en las manos. Paula se congeló al verlo.
Pedro la abrazó más fuerte.
-¡Vaya! ¡Vaya! ¿¡Por qué no me
sorprende verte con este imbécil?! –gritó Facundo
-¡Señor P… ! Me va a hacer el
favor de mantenerse callado y guardarse sus comentarios a menos que yo le
otorgue el permiso –dijo la jueza
Facundo nada más hizo una mueca.
Pedro sentía que le hervía la
sangre por dentro. Tenía tangas ganas de darle una buena paliza al aun marido
de Paula, pero se estaba conteniendo, debía aguantar por Paula.
-Por favor todos en su lugar –
dictaminó la juez.
El abogado de Paula y el de Facundo
eran de los mejores del país, al parecer él daría pelea fuerte, pero no podría
ganar. Paula estaba completamente convencida de ello.
Lo que se estaba llevando a cabo
no era un juicio, tratarían de llegar a una solución sin llegar a un juicio,
pero escucharían las dos partes de la historia y sin jurado la juez llegaría a
un veredicto.
-Señor Valdez, puede hablar.
Marcos Valdez era el abogado de Paula.
-Mi clienta ha levantado una
denuncia de maltrato físico, intento de violación e intento de asesinato contra
el señor P… , además de que por supuesto solicita el divorcio.
-Muy bien, ¿Cómo se declara de
éstas acusaciones señor P… ?
Facundo sonrió débilmente.
-Inocente
Pedro quiso matarlo.
Paula se tensó inmediatamente.
-Señor Valdez, ¿Hay alguna prueba
de las acusaciones?
-Por supuesto.
El abogado acercó uno de los
maletines a la jueza.
-La primera son estas fotografías
tomadas el día martes 25 de junio del presente año, la señorita Chaves sufrió
un fuerte abuso físico por parte de su esposo y ese misma día fue el intento de
violación. Como se puede apreciar en las fotografías la señorita tenía toda la
ropa desgarrada y con severo golpes en todo el cuerpo. El doctor
Casillas quien atendió a la señorita Chaves comprobó que poseía muchos rastros
de golpes anteriores que evidenciaban una larga historia de abuso físico.
Paula quería llorar, pero aguantaría.
Odiaba recordar ese día, odiaba recordar todos los días al lado de Facundo,
pero escucharlo así enfrente de él la estaba comiendo viva. Quería irse, no
quería escuchar nada.
Pedro notó la incomodidad de Paula,
tomó su mano entre las suyas y entrelazaos los dedos, la apretó fuertemente
tratando de brindarle todo su apoyo y fuerza, ella apretó su mano mucho más
fuerte.
-La segunda prueba es esta soga
encontrada en el lavadero de la casa de la señorita Chaves en donde hay rastros
de sangre de mi clienta.
-Señorita Chaves ¿Me podría
explicar que fue exactamente lo que pasó? –preguntó la jueza
Pedro estaba atónito. ¿Un lazo
con sangre? ¿Qué demonios había pasado? No estaba seguro de querer escuchar la
historia.
Paula se puso de pie.
-Facundo llegó ese día
completamente tomado, yo me encontraba en la sala, me reclamó porqué uno de sus
amigos comentó algo acerca de mi y que él tenía suerte por tener una mujer como
yo… de la nada… Facundo comenzó a gritarme de que yo era una cualquiera, que
probablemente yo ya me habría acostado con él, yo lo negué y le grité que no se
me acercara, él se puso más agresivo….
Paula hablaba con rabia en la
voz, lo que menos había era miedo.
-Corrí por una de las salidas de
la sala pero tropecé, me alcanzó y me arrastró de los tobillos hacia él, me
pegó en el rostro, yo trate de zafarme, hasta que logré arañarlo, pero solo
logré enfurecerlo más. Me tomó del pelo y arrastrada me llevó al lavadero en
donde con la cuerda me amarró fuertemente a un tubo y comenzó a golpearme por
todas partes…. –lágrimas lentas comenzaron a deslizarse por los ojos de Paula
Todos se encontraban atónitos con
el relato, Paula describió cada golpe, cada insulto, la forma en cómo la dejó
tirada.
-Creo que porque estaba tomado se
cansó más rápido de lo normal por lo que cuando ya no pudo estar completamente
bien de pie se detuvo, me advirtió que no me acercara a nuestra habitación y me
soltó. Me dejó tirada en el lavadero, yo por supuesto no podía moverme, mis
muñecas sangraron un poco por la fuerza en la que estaba amarrada y a cada
golpe ésta me rozaba, al día siguiente Facundo salió. Yo como pude me levanté y
me limpie las heridas, como podrán suponer apenas había rastros de color piel
en mí, decidí ese mismo día irme de la casa.
-¿Qué la detuvo?
-Estaba lista con el bolso cuando
apareció de nuevo, yo le dije que me iba, que no soportaría más los golpes pero
Facundo me amenazó.
-¿Con que la amenazó?
-Él creía que entre Pedro y yo
existía algo más que amistad, por ello me amenazó con matarlo si yo daba un
paso fuera de la casa.
Pedro quiso morirse. ¿Cómo era
posible que Paula haya soportado eso? Estaba horrorizado con la historia que
ella acababa de contar, simplemente no podía creerlo.
-¿Tengo que seguir? –preguntó Paula
-¡Claro! ¡Ahora te haces la
víctima! ¡Ya no sabes ni qué inventar! Te quedaste porque quisiste, no porque
yo te amenazara. Te gustaba que te golpeara, aceptalo. –gritó Facundo.
Paula sintió la sangre hervir por
su cuerpo. No comprendía como alguna vez pudo llegar a amarlo.
-¡Como te atreves! ¡Sos un
cínico, un desgraciado!
La furia se apoderó de ella
inmediatamente se lanzó hacia él y le propinó una cachetada.
-¡Sos un infeliz! Pero dejame
decirte que ¡nada de lo que hiciste va a lograr derrumbarme porque vos sos una
basura y yo me voy a encargar que los próximos días de tu vida los pases
refundido en la cárcel! Ya no te tengo miedo y vas a pagar por lo que me hiciste.
-¡Señorita Chaves por favor
tranquilícese y regrese a su lugar! –gritó la juez
Pedro fue por ella, la apretó
fuertemente a él.
-Vamos Pau.
-¿Y todavía negas que tenes algo
con él? ¡Sos una cualquiera! ¿Qué no lo ve su señoría? ¡Ella está haciendo todo
este teatrito para conseguir el divorcio y quedarse con todo para después ir a
revolcarse con este periodirsucho!
Pedro estuvo a punto de
golpearlo, si no fuera porque Paula lo detuvo.
-¡Basta señor P…! ¡Le dije
claramente que se quedara callado! No quiero que vuelva a abrir la boca a menos
que yo se lo indique, si lo vuelve a hacer perderá la oportunidad de
defenderse. Nos vamos a
un receso de quince minutos.
Paula se quedó de pie con la
mirada fija en Facundo, no le iba a dar el gusto de verla llorar, de verla
débil.
Los oficiales levantaron a Facundo
y lo sacaron de la sala…Paula se derrumbó en Pedro.
-¡Es un desgraciado! ¿Por qué no
me deja en paz? ¡Qué quiere de mí! –dijo desesperada
Pedro la abrazó con fuerza.
-No escuches nada de lo que dice,
esto es lo que él quiere, que pierdas el control, quiere verte vulnerable para
poder manejarte, no lo escuches Pau. Te prometo que no voy a dejar que te siga
haciendo más daño Paula, pero tenes que aguantar, es la única manera.
Paula comenzó a llorar.
-Pepe esto es tan difícil,
recordar es tan…doloroso. Verlo ahi sentado tan relajado me da tanta rabia….
-Ya lo sé hermosa, pero aca estoy
yo, no estás sola. Y sé que sos más fuerte que esto, Facundo va a pagar por lo
que hizo, eso te lo prometo.
Paula se aferró fuertemente a él
y él la sujetó con fuerza.
-Saca todo lo que tenes adentro
ahora Paula, porque cuando regrese le vas a demostrar quién sos y de qué sos
capaz.
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