Sentía sus
ojos pesados, doloridos, secos. Tardó horas en poder parar de llorar y apenas
había dormido.
Esperaba que
a esas horas del día Facundo ya se hubiera ido de la casa. No quería verlo, no
creía poder verlo. No sin temblar. No sin llorar, no sin sentir que el pánico
la consumía.
No solo su
cuerpo había sido dañado, su corazón también. No entraba en su cabeza la idea
que su marido, aquella persona con la que había decidido compartir toda su
vida, la maltratara de esa forma. Estaba segura del amor que sentía por él y
por eso le dolía aun más.
¿Qué se
suponía que tenía que hacer ahora?
No sabía cómo
actuar, todo estaba muy confuso aún.
Lentamente se
levantó de la cama sintiendo un pequeño dolor a su costado derecho, levantó su
blusa poco a poco y pudo ver el daño. Lágrimas volvieron a acoplarse en sus
ojos.
No. No
lloraría más.
Como pudo, se
tragó las lágrimas, caminó hacia el baño y tomo una ducha. Al salir se vistió
con la ropa del día anterior ya que todo lo que le pertenecía estaba al cuarto
de al lado.
Abrió
suavemente la puerta, tratando de hacer el menor ruido posible. Salió al
pasillo mirando a todos lados, y al no ver ni sentir la presencia de nadie,
continuó su camino hasta su habitacion. Una vez ahi recostó su oreja derecha en
la puerta.
Nada.
No se
escuchaba nada. Suspiró de alivio.
Eran más de
las diez de la mañana, Facundo ya debería estar levantado, él nunca se levantaba después
de las ocho. Giró el pomo de la puerta y entró.
No había
nadie.
Cerró la
puerta y se dirigió al armario. Se vistió con cuidado de no lastimarse y
agradeció que el golpe no fuera visible para el resto.
Tenía que
salir de la casa, normalmente los sábados Facundo llegaba temprano, ella no
quería estar ahi cuando él llegara. Se maquilló, se peino y metió en su bolso
todo lo que necesitaría. Deprisa salió del cuarto.
Paralizada.
-Fa...Facundo…-dijo
en más para ella que para él
-Mi vida….
Facundo se
acercó a ella dispuesto a abrazarla, Paula inmediatamente se apartó.
-No…
-Paula no me
hagas esto, tengo bastante conmigo mismo.
Paula comenzó
a llorar. No lo pudo evitar. Verlo, escucharlo decir esas palabras le movieron
algo, ella lo amaba. No entendía porque la lastimaba de ese modo.
-Veni acá.
Facundo la
tomo por los brazos y la abrazó, Paula no pudo hacer nada más que aferrarse a
él. El amor podía ser traicionero algunas veces.
-¿Por qué?
–sollozó
-Lo siento mi
vida, es que no me puedo controlar, los celos me…me bloquean todo y ya no
pienso. No sé lo que hago. -Pero sabes que te amo ¿verdad? –dijo Facundo
Paula no
quiso decir nada. Simplemente no hizo nada.
-Te amo Paula,
perdoname.
Ella asintió
con la cabeza.
Su celular
comenzó a sonar, se separó de Facundo y contestó. Pero su marido la miraba
fijamente y de pronto se sintió nerviosa.
-¡Nos vamos
de compras!
-¡Zai que
gusto!
-Así es, tu
otra mitad ya está en la ciudad.
Paula rió.
-¿Tenes
planeado hacer algo hoy?
-No, la
verdad es que no.
-¡Perfecto!
Te veo en el shopping a las dos de la tarde… en punto.
-¿Quién te
dijo que voy a ir?
-No me dejes
esperando ¡te quiero! ¡Chau!
Paula
simplemente renegó con la cabeza y cerró su celular.
-¿Vas a
salir?
Paula no
sabía que decir, era obvio que él sabía que ella había aceptado, pero ¿la
dejaría ir?
-¿Te molesta?
–pegunto con miedo
-No,
no…mientras no sea con Pedro todo perfecto.
Facundo tuvo
el cinismo de sonreír.
Recordaba a
la perfección haberle prometido a Facundo no dejar que Pepe regresara a la casa
¿Cómo iba a olvidarlo?, pero ¿no verlo?
Paula tragó
saliva. No sabía si fuera capaz de hacer semejante sacrificio, era amiga de Pedro
desde que tenía memoria. Lo quería muchísimo, nunca haría nada que lo
lastimara, y ella no podría vivir sin su mejor amigo.
Paula se
limitó a sonreír débilmente. Se despidió lo más rápido que pudo de su marido y
salió de la casa.
A las dos en
punto estaba en el Shopping. ¿y Zaira?
No había
llegado. Como siempre.
-¡Paula! ¡Paula!
–escuchó que gritaban
-¿Zaira Nara?
-¡Hey! ¿Por
qué me hablas en ese tono como si no me conocieras?
-Son las
dos…en punto, y estas aca.
Zaira le
dedicó una cara de pocos amigos.
-Muy
graciosa, pero voy a hacer de cuenta que no me dijiste nada.
Paula soltó
una carcajada. Al terminar ella y Zai se abrazaron.
-¿Cómo te fue
con tu viaje?
-Normal, ya
sabes, reunión tras reunión y después dormir al hotel, nada bueno y nada de mi
otra mitad.
Paula rió.
-¡No te rías!
¡Sos igual que Pedro! Siempre se burlan de mí cuando menciono lo de la otra
mitad.
-¡Zai, es que
vos lo buscas hasta en el baño! Deberías dejar que el "Sr. Perfecto"
llegue por sí solo.
-Ya veremos,
lo voy a pensar. -Vos, ¿Cómo estas? ¿Cómo está Facundo?
De pronto Paula
se tensó.
-Ehhh, bien.
Zaira la vio
con desconfianza.
-¿Estás
segura?
-Sí, sí no te preocupes.-----------------------------------------------------------------------------------
Espero que les guste! Este cap ya pertenece al del dia Domingo, ya que no lo voy a poder subir en el resto del dia! Besos! @heybett_
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