viernes, 26 de abril de 2013

Capitulo 16


Paula regresó emocionalmente exhausta a su casa.
Habían sido muchas emociones con la llegada de Pedro a su oficina. 
Primero, sorpresa por verlo llegar, luego miedo por pensar que sabía de su situación. Confusión, alegría, seguridad, cariño fueron las emociones que siguieron al ver como Pedro trataba de tranquilizarla.
Hasta ese momento no se había dado cuenta de cuánto había necesitado un abrazo de él, unas palabras de aliento, de su compañía. El mes entero se había dedicado a alejarse de todos, incluso de Florencia, no debía permitir que nadie se diera cuenta de lo que pasaba en su vida.
No podía permitir más malos entendidos con Facundo si quería aguantar su estadia con él. Las golpizas habían disminuido, los gritos y los reproches también, pero ella emocionalmente y físicamente se encontraba mal.
Ya no veía sentido a su vida. La palabra felicidad estaba muy lejos de su vocabulario, la tranquilidad y estabilidad se habían esfumado. Estaba consumiéndose poco a poco con su soledad y su miedo.
Estaba agotada, no sabía cuánto más podría soportar sin derrumbarse.
-Paula, necesito hablar con vos.
Ella dio un brinco al escuchar la voz de su marido detrás de ella.
-Facundo ¿Pasa algo?
-No. Pero necesito contarte algo que vi hoy. ¿Vamos al cuarto?
Paula asintió.
-Solo deja que voy a sacar las cosas para la cena.
-No te preocupes por la cena, necesito hablar con vos, ahora.
De pronto Paula sintió un escalofrió por todo su cuerpo, algo no estaba bien, podía sentirlo.
Sin esperar respuesta, Facundo la tomó del brazo e hizo que ella subiera con él a la habitacion. Ella no supo como no quedó tirada en el camino, la estaba empujando con mucha fuerza.
¿Ahora qué haría con ella? Se preguntó con miedo.
-Facundo ¿Qué pasa?
-Ya lo vas a saber.
Al llegar a la habitación, Facundo la cerró con llave, ella tragó saliva.
-¿Por…por qué cerras con llave?
-No quiero que te vayas, vamos a estar un buen tiempo juntos.
-¿A qué te referis?
-Hace tiempo que no me cumplis como mujer ¿sabes?
Paula se paralizó.
-Facundo… no…
-¡Te vi con Pedro hoy! ¡A él si que te le tiras encima!
-¡No Facundo, no es lo que pensas! No pasó nada… es más, es la primera vez que lo veo desde hace un mes. –dijo aterrada
-¡A mi ya no me vas a engañar! Sé muy bien que pasó en esa oficina, y si el problema es que no aguantas mantener las piernas cerradas, yo te voy a ayudar.
-¡No te atrevas a tocarme!
-Es muy tarde para eso cielo, vas a estar conmigo quieras o no. ¡Soy tu marido y debes cumplir!
-¡No! ¡No pienso volver con vos a la cama jamás! ¡Te odio! ¡Me das asco!
-¡Callate!
Sin avisar se acerca a Paula en un par de zancadas y le propinó una cachetada.
-¡Vos sos la que me da asco a mí! ¡Sos vos la que te revolcas con todos los hombres que se te pasan enfrente! Pero ya no lo volverás a hacer… con el único con quien vas a estar en la cama va a ser conmigo.
Facundo la agarró por las muñecas y la tiró a la cama. Después él comenzó a quitarse los pantalones.
Paula sintió pánico. No, no una violación. No podía permitir que Facundo la tocara, no permitiría con facilidad que él hiciera con ella lo que quisiera.
Como pudo se levantó de la cama, pero su esposo logró agarrarla de los tobillos, y se puso sobre ella. Comenzó a tocarle los pechos de manera brusca y dura causándole dolor.
Ella comenzó a llorar, pero no dejó de moverse, tratando de evitar que siguiera lastimándola
-¡Quedate quieta!
Otro golpe más. De pronto, Facundo le reventó los botones de su blusa dejándola solamente en corpiño.
-Facundo por favor soltame… no hagas esto.
-Te extrañe tanto… -dijo mientras le desprendia el corpiño.
-¡No! ¡No!
Paula logró lanzarle una patada en el estómago, eso hizo que su esposo se contrajera y la soltará.
Sin perder tiempo Paula se levantó de la cama y corrió hacia la puerta, pero de nuevo su marido la había tomado de los brazos.
-¡Veni acá pequeña zorra! ¡De aca no te vas hasta que me hayas cumplido! No me vas a dejar con las ganas.
La tiró al suelo, le pegó de nuevo con fuerza en el rostro y en los costados. Trataba de dejarla sin fuerzas para no tener que batallar.
-Por favor…te lo ruego no hagas esto…por favor.
-Vos te lo buscaste cielo, ¡Ahora no te quejes!
La levantó del suelo y la tiró de nuevo sobre la cama, él comenzó a quitarse la camisa. Paula rápidamente buscó algo con que defenderse, el teléfono era lo único que estaba cerca, lo tomó sin que él se diera cuenta y justo cuando él se acercaba a tomarla entre sus brazos, le pegó en la cabeza con él.
Facundo cayó al suelo.
Paula se levantó, corrió y logró salir de la habitación. Bajó los escalones tan apresuradamente que se pasó un escalón, eso hizo que resbalara y rodara unas cuatro escaleras abajo.
Se encontraba tirada en el suelo, pero no podía permitir que Facundo la alcanzara, tenía que correr.
Se levantó apoyándose en su brazo derecho pero no aguantó el dolor y volvió a caer. Probablemente se había roto el brazo al caer de las escaleras. Apoyándose en su brazo izquierdo se levantó y pudo ver su celular en la mesa de entrada, lo tomó y le marcó a Pedro.
-¡Pedro…Pedro! –gritó
-¿Paula? ¿Qué pasa? –preguntó asustado ante los gritos
-¡Ayudame por favor! ¡Ayudame! –gritó desesperada
-¡Paula tranquilízate! ¿Dónde estás?
-¡Así que ya lo estas llamando para que venga a acostarse con vos! –gritó Facundo
Paula al verlo corrió hacia la salida de su casa.
-¡De mi no te vas a escapar, corre todo lo que quieras porque te voy a encontrar!
-¡No, no , no!
-¡Paula…Paula! contesta maldita sea ¿Dónde estás?
La llamada se cortó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario