-¡Buenos
días!
-¿Y mi muffin?
-¿Qué muffin? –preguntó con confusión Pedro
-Te dije
claramente que la próxima vez que vinieras tenías que traerme un muffins.
-¿Cuál es tu
problema con los muffins?
-El azúcar…
¿Dónde está? Hablo enserio.
Pedro sonrió
con fingida inocencia.
-Andate!
-¡Florencia!
Flor rió.
-¡Ay, está
bien! Te podes quedar.
-Gracias…
supongo.
-Solo que
lamento informarte que Paula no está, hoy es su día libre.
-Lo sé.
-¿Entonces a
que venis? –dijo confundida
-¿Qué? ¿
Ahora ya no te puedo visitar a vos?
-¡Por favor!
A menos que entre tus planes esté tener una cita conmigo no te acercarías a la
oficina si Paula no está.
-¡No
exageres! Vos también sos mi amiga.
-Sí, pero a
mí no me haces visitas sociales y… se te olvidan mis muffins.
-¡Dale con
los muffins! Te prometo traer una caja entera la próxima vez que te vea ¿si?
Florencia
sonrió encantada con la idea.
-Bueno ahora
si, decime, ¿Qué te trae por aca?
-Necesito
hablar con vos acerca de Paula, por eso aproveche a venir hoy que es su día
libre.
-¿De Paula?
-Sí, y bueno
dado el caso que ya son casi las dos de la tarde te invito a comer ¿aceptas?
-¿Habrá muffins?
–preguntó divertida
Pedro negó
con la cabeza, esta mujer tenía serios problemas con los muffins.
-Sí, habrá muffins.
-¡Entonces voy
a estar encantada de acompañarte! –dijo con demasiado entusiasmo
Pedro había
quedado con Zaira averiguar lo más pronto posible que era lo que Paula tanto
escondía, y ahora más que nunca. La llamada que le hizo hace dos días lo había
dejado muy preocupado.
-¿Qué queres
saber de Paula? Creo que sabes más cosas
de ella vos que yo.
-Quiero que
me digas si no la notaste extraña estos últimos días.
-¿Extraña?
¿En qué sentido?
-No sé, así
como nerviosa, o algo, que hace cosas que no realiza normalmente, cosas así.
Florencia
pareció meditarlo un momento, luego Pedro pudo ver como fruncía el seño, como
si acabara de darse cuenta de algo.
-Ahora que lo
mencionas, Paula estuvo llegando más tarde que de costumbre al trabajo. Antes
nunca lo hacía, ahora lo hace con frecuencia.
-¿Desde
cuándo llega tarde?-preguntó interesado
-Bueno, hace
aproximadamente un mes.
-Mmm…
-Otra cosa es
que…ya no se queda a trabajar a más de las seis de la tarde, siempre se pone
muy nerviosa diciendo que va a llegar tarde a casa.
-¿Enserio?
-Sí, antes no
le importaba tanto. Incluso había veces en que decidía quedarse a terminar los
trabajos porque no le gusta trabajar en casa, ahora se lleva casi todos los
trabajos a casa.
Pedro frunció
el seño. ¿Por qué el cambio tan repentino en Paula? Empezaba a preocuparse
enserio, debía de averiguar que le estaba pasando.
-Pedro, te
puedo preguntar ¿Por qué tanto el interés?
-Como lo
dijiste, Paula se está comenzando a comportar de una manera extraña, incluso siento que ha estado evitándome y no sé por que.
-Sabes, yo
medio lo había notado. Pero pensé que eran imaginaciones mías.
-¿Crees que
esté enojada conmigo?
-No sé, ¿Pasó
algo entre ustedes?
-¡No! Eso es
lo más extraño de todo, no nos peleamos
por nada, ni disgustado, no entiendo.
-Mirá, voy a
tratar de averiguar que le ocurre a Paula con vos, pero no prometo nada.
-¿De verdad
lo harías?
-¡Claro que
sí! Pero eso sí, ya sabes cuál es mi recompensa.
-¡Te voy a
llevar toda clase de muffins! ¡Y con helado! ¿Qué tal?
Florencia
rió.
-Veo que empezas
a entender, pero… ¿Vos crees que le pasa algo más, cierto?
-La verdad
sí, Zai y yo creemos que algo le está pasando y no nos quiere contar nada, pero
pensamos averiguarlo.
-¿Qué crees
que sea?
-Que está
enferma –dijo haciendo una mueca ante tal pensamiento
-¡Qué! –dijo
asustada
-Bueno, la
verdad es que no sé, pero no se me ocurre otra cosa.
-¡Tremendo
susto que me diste!
-Lo siento,
pero es que de verdad estoy preocupado. Además la otra noche la llame y estaba
hecha un mar de lágrimas.
-¿Qué le
pasó? –preguntó angustiada
-No me quiso
decir, Paula no me oculta nada, por eso todo esto me parece muy extraño.
-Definitivamente
está escondiendo algo
-Sí
-No te
preocupes Pedro, ahora que me pusiste al tanto estaré pendiente de ella.
-Muchas
gracias Flor.
-No me
agradezcas nada, Paula también es mi amiga.
-¿Ahora si queres
tu muffin?
-¡Por
supuesto!
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