Pedro estaba aterrado.
Paula no lo había vuelto a llamar
y ella no contestaba el teléfono.
Su corazón no dejaba de latirle
rápidamente y lágrimas de desesperación resbalaban por su rostro, no dejaba de
escuchar en su cabeza los gritos de auxilio de Paula.
Algo grave estaba pasando. Paula
se escuchaba tan desesperada, tan asustada y tan indefensa. Estaba rezando
porque estuviera a salvo, había escuchado claramente la voz de un hombre
gritando en el fondo, pero no lograba identificar a quien le pertenecía la voz.
¿¡Por qué Paula no volvía a
llamar!?
Como si ella lo hubiese
escuchado, su teléfono comenzó a sonar; era ella.
-¡Dios mío Paula gracias a Dios!
¿Qué pasa? ¿Dónde estás?
-Pepe…veni por mí por favor –
susurró entre sollozos
-¿Pero dónde estás?
-¿Recordas el parque que esta a
una cuadra de mi casa?
-Sí, sí claro. ¿Estás ahí?
-Apurate por favor, no quiero que
me encuentre…
-Ya voy para allá, ¿Quién te está
siguiendo Pau?
-Tengo que cortar….
-¡No Pau, espera!
Demasiado tarde, ya había cortado
la llamada. Pero ahora ya tenía la dirección para ir a buscarla ¿Quién la
estaría siguiendo? ¿Quién le quería hacer daño? Esperaba llegar a tiempo.
Bajó lo más pronto que pudo al
estacionamiento, arrancó el auto y a toda velocidad se dirigió al parque en
donde supuestamente se encontraba Paula. Al llegar no vio a nadie. Todo estaba
demasiado oscuro.
La llamó al celular.
Nada. No contestaba. ¡Donde
demonios estaba metida!
Rodeo el parque con el coche y no
veía absolutamente a nadie, comenzaba a pensar que quien fuera que estaba
buscando a Paula la había encontrado. Sintió miedo, mucho miedo.
Estacionó el auto y se bajó para
buscar más a fondo, de pronto una sombra se acercó a él con rapidez, en un
principio se había asustado, pero al reconocer a quien pertenecía la sombra un
gran peso de encima se fue de él.
Era Paula.
Al llegar junto él, la abrazó
fuertemente, estaba a salvo.
-Vamosnos de acá por favor…por favor.
Paula estaba histérica, temblando
de pies a cabeza.
Pedro no preguntó nada, la tomó
en brazos y la llevó hasta su auto, una vez allí la depositó con cuidado y
manejó de regreso a su departamento.
Cuando llegaron al
estacionamiento del edificio en donde vivía, Pedro se apuro a bajar del auto,
no había logrado echar un buen vistazo al estado de Paula porque en el parque
estaba todo muy oscuro. Pero el estacionamiento estaba bien iluminado.
Se quedó sin aliento ante la
imagen.
Por unos segundos no pudo
reaccionar… estaba impresionado con el estado de Paula, su ropa estaba hecha
pedazos, tenía golpes en el rostro y por lo que veía en su abdomen y pecho. Se
aferraba fuertemente a su brazo derecho con fuerza y las lágrimas no dejaban de
salir de sus ojos.
Con cuidado la sacó del auto,
subió con ella por el ascensor, entró a su departamento y la colocó suavemente
sobre la cama.
-¿Pochi que te pasó? ¿Quién te
hizo esto? - preguntó angustiado
Paula no respondió, solamente se
echó a llorar más fuerte.
Pedro estaba asustado. Ella
necesitaba ir a un hospital.
-Tengo que llevarte a un médico
¿está bien?
Ella asintió levemente, en ese
momento sus miradas se conectaron. Pedro levantó una de sus manos y acarició su
rostro, ella dio un respingo.
-Shh…Pau ya todo está bien. Estás
conmigo, yo te voy a cuidar.
Lentamente se sentó junto a ella
en la cama y la abrazó, ella se recostó en su pecho y lloró.
No sabía cuánto tiempo había
pasado, pero él se dedicó a consolarla y tranquilizarla. No preguntó nada, no
dijo nada. Ya habría tiempo después.
Estando ya más calmada, tomaron
camino a una clínica privada, pensó que sería mucho más cómodo para ella que ir
a un hospital. En la clínica las enfermeras al ver el estado de Paula, la
internaron de inmediato en una habitación, el doctor llegó y el tuvo que
quedarse esperando.
-¿Zai?
-¿Pedro? ¿Qué te pasa?
-Es Paula…pasó algo…Yo…
-Pedro respira, ¿Qué pasó con Paula?
-Es que no sé, la traje al
sanatorio de los Arcos, esta muy mal Zai, Dios… no sé quien pudo haberle hecho
eso. –dijo llorando
-¡Pepe por Dios! ¡Me estas
asustando! ¿Que tiene Paula?
-Está golpeada por todo el
cuerpo…no sé qué pasó. Veni rápido, por favor.
-Sí, sí enseguida voy para allá. Pedro
tenes que estar calmado, no podes dejar que Paula te vea así. –dijo nerviosa
-Te juro que voy a tratar, pero
es que me impresionó mucho verla así…no entiendo…
-Ya me explicarás en cuanto
llegue.
-De acuerdo. Veni con cuidado, lo
ultimo que falta es que tengas un accidente.
-No te preocupes, voy con
precaución.
Pedro colgó su teléfono y se
desplomó en una de las sillas de espera.
No entendía nada, estaba muy
preocupado por Paula y los doctores no salían a decirle nada de cómo se
encontraba.
¿La habrían violado? Por como
había encontrado su ropa y los golpes, eso parecía. Rogaba porque fuera por
otra razón.
Ella no se merecía eso. ¡Mataría
a quien le hubiera puesto una mano encima! ¿Facundo ya sabría? Tenía que
avisarle.
Comenzó a marcar el número de
teléfono de la casa de Paula en su celular, cuando el doctor llamó su atención.
-¿Sr. Alfonso?
-¡Si, soy yo! –dijo dejando su
celular.
-Tengo entendido que usted fue
quien trajo a la señorita Paula Ch.
-Así es. ¿Cómo está?
-No tengo buenas noticias.
-Doctor no me diga eso…
-Al terminar el examen físico,
nos pudimos dar cuenta que no solo tiene hematomas recientes, hay señales de
unos de hace unos días, incluso semanas.
-¿Qué? ¿Me está diciendo que
alguien la ha estado golpeando?-preguntó atónito
-La evidencia así lo muestra
señor Alfonso. Además la doctora del departamento de ginecología ha hecho un
examen para descarta cualquier abuso sexual.
Pedro sintió el alma irse de su
cuerpo.
-¿Cuál fue el resultado?
–preguntó aterrado
-Negativo.
-Gracias a Dios. –dijo volviendo
a respirar
-Su brazo derecho está roto y
tiene una pequeña contusión en la cabeza, probablemente debido a una caída, y
lo más peligroso aca es que un examen de sangre nos indicó que está en estado
anímico.
-Dios mío, esto es demasiado
¿Alguien de verdad pudo haber hecho esto?
-Me temo que sí. Tuvimos que
sedarla porque la señorita Ch se encontraba muy alterada, es muy seguro que
existan graves problemas emocionales.
-¿Pero se va a recuperar verdad?
-Es cuestión de tiempo Sr. Alfonso,
ella va a necesitar todo el apoyo posible, puede que caiga en una profunda
depresión.
-Dios mío no entiendo nada.
-Sr. Alfonso, por ser un caso de
abuso físico, me temo que las autoridades deben de interferir, vamos a esperar
a que la paciente despierte para comenzar con el proceso. ¿Tiene alguna idea de
quién pudo estar abusando de ella?
Pedro meditó la respuesta. ¿Sería
Facundo? ¿¡Habría sido Facundo capaz de semejante atrocidad?! No, no podía ser.
¿Pero quién más?
-Ella está casada, pero no creo
que…. Bueno…no sé…
-Entiendo Sr. Alfonso. Las
autoridades se encargarán de descubrir quien le ha hecho esto a la Sra. Chaves.
Lamento informarle que en estos casos lo más probable es que si sea su esposo
el responsable. ¿Me podría dar el nombre del marido?
Si Facundo resultaba ser el
responsable de esto….el mismo lo mataría con sus propias manos.
-Facundo P... ¿Puedo pasar a
verla?
-Por supuesto.-----------------------------------------------------------------------------------
LLEGO LA SALVACION CHIQUIS!! Espero que les guste! :) Gracias por los comentarios! Hasta mañana!
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