martes, 30 de abril de 2013

Capitulo 25


-Por Dios ya son las siete….-dijo refunfuñando
Paula se levantó y bañó lo más rápido que pudo, en una hora tenía que estar en la oficina o Florencia la iba a matar.
Al terminar de vestirse y maquillarse caminó hacia la cocina, solamente tomaría una taza de café y estaría lista para irse de casa; pero al pasar por el comedor vio como estaba servido un plato lleno de comida.
Extrañada se acercó al comedor y vio una nota.

" Pau como ya sé que siempre que salis de casa no comes nada, te dejé listo el desayuno como te gusta, siento si está frío pero vos te levantas muy tarde dormilona.
Pd. Decile a Florencia que más tarde le llevo un muffin para que no se enoje con vos por no desayunar con ella
Pepe. "

Paula no pudo evitar reírse y soltar una sonrisa ante el detalle de Pedro, además pudo sentir como los latidos de su corazón se aceleraron, aunque le pareció extraño, dejó pasarlo.
Efectivamente como había dicho Pepe el desayuno ya estaba frío, pero era cuestión de ponerlo unos segundos en el microondas y ¡Listo!
Vaya que había disfrutado el desayuno…Pedro se había tomado la molestia de prepararle todo lo que le gustaba, desearía desayunar así todos los días. Se levantó de prisa al ver que tenía diez minutos para llegar a tiempo a la oficina, florencia la mataría, tendría que avisarle a Pepe que llevara una caja con muffins.

-¡Paula Chaves! ¿Qué son estas horas de llegar?
-Perdón, perdón, perdón Flor…te juro que se me cruzo algo.
-¿Hubo un accidente?
-No…
-¿Entonces? –dijo acusándola
-Más bien fue un…desayuno….
-¡Qué! ¡Encima de que venis tarde ya desayunaste! –gritó
-Flor respira, te juro que no tenía la menor intención de desayunar, pero pepe no me dejó otra opción.
-¿Pepe? Paula no me mientas, Pedro se va mucho más temprano que vos a su trabajo.
-Ya lo sé, sabía que no me ibas a creer, así que te traje la prueba de que la idea de desayunar no fue mía.
Paula le entregó la nota a Florencia, quien al terminarla de leer soltó una sonrisa.
-Mira que sos una suertuda por tener a Pedro, no me voy a enojar, nada más porque voy a comer un muffin más tarde.
Paula soltó una carcajada.
Horas más tarde Pedro llegó a la oficina con los muffins prometidos a Florencia, café y unas galletas de almendra para Paula.
-Muchas gracias por el desayuno de hoy, estuvo delicioso.
Pedro sonrió.
-Me alegro que te haya gustado, te lo hice con todo el gusto del mundo. -Dijo mientras acariciaba una de sus mejillas
Paula se puso nerviosa de inmediato.
-¿Le tajiste galletas a Flor también?
-No las galletas son para vos, ¿Qué es un café sin galletas?
-¡Eh Mejor ¿Qué es un café sin muffins? –dijo interrumpiendo Flor
-¡Chismosa! ¿Cómo estás?
-Mira nada más como me recibis, espero por tu bien que hayas cumplido con tu promesa.
-¡ Claro! Te traje de chocolate porque sé que son  tus preferidos.
Florencia sonrió.
-Te salvaste Alfonso, te salvaste.
Paula y Pedro se rieron, luego los tres estuvieron charlando muy a gusto en la sala de espera hasta que un cliente llegó y Paula lo atendió.
-Pepe, ¿te puedo preguntar algo?
-Claro –dijo extrañado por la actitud de Florencia.
-¿Qué está pasando?
-¿Qué está pasando de qué? –dijo sin entender
- Eso es lo que yo quiero saber… que fue eso del desayuno, las galletas…las caricias…
-¿Qué caricias?
-¡Me di cuenta eh! No te hagas el tonto, sé que vos y Paula siempre fueron cariñosos entre ustedes pero ahora….no sé hay algo diferente.
Pedro suspiró.
-Está bien, está bien te lo voy a contar, pero me tenes que prometer que no vas a decir nada y mucho menos a Pau.
-Prometido.
-Me di cuenta de que…estoy enamorado de Pau.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaah …! –gritó emocionada Florencia.
-¡Shhhhhh…! ¡Florencia callate!
-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! –gritó susurrando
-Te podes explicar por favor.
-Es que te puedo decir que noté el cambio desde hace unas semanas, tal vez vos no te hayas dado cuenta en esos momentos pero yo vi como tu forma de ver a Paula cambió.
Pedro se llevó las manos a la cara.
-No sé qué hacer Flor… nunca vi venir esto ¡Menos con Pau! Somos amigos desde hace años…no puedo creerlo.
-¿Lo decis enserió?
Pedro bufó.
-¿A quién estoy engañando? Creo que estuve enamorado de Paula desde que la conozco, nada más que no me había dado cuenta, o más bien no había querido darme cuenta.
Florencia sonrió suavemente y se acercó a Pepe.
-Sabes, yo pienso que lo mismo le paso a Pau.
-Florencia, por más que me encantaría creer eso, sé que no es cierto. Te recuerdo que Paula se casó, y a pesar de todo lo que pasó ella en algún momento lo amó.
-Yo creo que Paula pensó que lo amó.
-Flor….
-Bueno está bien no hablaremos más de eso, el tiempo lo dirá, pero ahora decime ¿Se lo pensas decir a Paula?
-No sé… Zai me dijo que trate de decírselo pero con acciones, a ver si ella capta el mensaje, si ella no lo hace entonces que hablara con ella…pero si te soy sincero, estoy muerto de miedo.
-Ahora entiendo lo del desayuno y las galletas. Me parece un plan perfecto. Lo único que no entiendo es ¿Por qué tenes miedo?
-¡¿Cómo que por qué?! Paula no demostro nada más que el mismo cariño de amigos de siempre, estoy seguro de que el único que está en otro plano soy yo. No creo que Paula me llegue a ver como algo más.
-¿Entonces por que te molestas en los detalles? –dijo Florencia sonriendo
-¿Por qué tal vez muy, muy, muy en el fondo creo que Paula puede sentir más que cariño por mí?
-Yo creo que lo tienes muy claro Pepe, no tenes por qué tenerle miedo a nada, estoy segura que en cuanto Paula abra los ojos va a estar en el mismo plano que vos.
-Estoy rezando por ello Flor…


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Paso un año... Y llego el amor! ♥
Espero que les gusten los caps!
Hasta mañana! :)

Capitulo 24


Un año después las heridas estaban curadas.
Noches de llanto, de dolor, recuerdos, frustración habían sido parte de esta larga recuperación, pero al final el resultado era sorprendente.
Aquellos tres meses y medio tan dolorosos ya no eran parte de su presente, Facundo ya no era ningún fantasma en su vida. Nunca podría borrar lo acontecido, por ello había aprendido a vivir de nuevo y dejar todo lo malo atrás.
¡Quién iba a imaginar que la vida podría ser tan bella!
Hubo días en que deseó ya no vivir, días en que se encontraba en un agujero tan hondo y negro que dudaba de la existencia de la luz. Aun no se podía creer que una persona podría disfrutar tanto de la vida.
Irónicamente las gracias se las daba a su ex marido.
Sí, a esa persona que tanto daño le hizo, a esa persona que la llevó a conocer el infierno en vida, pero por ello, ahora se podía dar el lujo de ver cada detalle de la vida como algo maravilloso y disfrutar como nadie.
La vida le brindaba una segunda oportunidad y la estaba viviendo al máximo.
Aunque últimamente se encontraba algo confundida. Las cosas con Pedro estaban algo extrañas y no entendía por qué.
-¡Pedro dame ese plato!
-No- dijo sonriendo
-¡Yo los preparé son míos!
-¡Pero yo los compré!
-Está bien, te voy a dejar servirte unos cuantos en otro plato.
Pedro soltó una carcajada.
-¿Estas loca? Yo no me conformo con unos cuantos –dijo lo último sarcásticamente- ¿Sabes que por eso compro bolsas grandes?
-¡Solta mis pochoclos, los vas a tirar!
Pedro levantó aun más el plato, muy lejos del alcance de Paula, ella en el intento de tomar el plato dio un salto, que provocó que ambos tropezaran y casi cayeran al piso.
Por suerte Pedro reaccionó rápido y la sostuvo, mientras que los pochoclos eran los que sufrían la caída.
Sus rostros quedaron de frente, y lo único que hacían era verse a los ojos; Paula sintió como su pulso se disparó, su corazón latía fuertemente en su pecho, ella juraba que se le iba a salir.
Pedro tuvo que contener la respiración, tener a Paula así de cerca no le hacía nada bien. Nada bien.
Hace unas semanas había descubierto que había dejado de ver a Paula como la amiga de toda su vida, no sabía por qué el cambio tan repentino, pero de que ahora la miraba como mujer, eso era seguro.
No pudo evitar bajar su vista hacia sus labios, cosa que ella notó, al instante se alejó.
-Gracias por no dejarme caer
Él asintió
-Te dije que los ibas a tirar…
-No los iba a tirar, pero si no hubieras intentado saltar como una ardilla…
Paula rió.
-Ya, está bien, ¿Qué te parece si los compartimos?
-¿Después de juntarlas del piso?
-Sí - dijo ella sin importancia
-Está bien.
Ambos rieron por la situación y se enfocaron en juntar todas los pochoclos, al estar todos de nuevo en el plato caminaron a la sala.
-¡Hey! ¿Qué tanto hacen que no dejan dormir?
-Zaira son las tres de la tarde, que vos sigas durmiendo es tu problema, no nuestro.
Ella le tiró un almohadón con fuerza a Pedro.
Él lo atrapó a tiempo.
-Mira, ya que andas de papá ¿Por qué no me acompañas al super por agua?
-Bueno–dijo resignado
Paula rió.
-Entonces voy a elegir una película mientras.
-No, no, no! Espera a que volvamos, vos siempre elegís películas malas.
-¡Hey!
-En esta si apoyo a Pedro.
Paula hizo una mueca.
-¡Apurense entonces! Porque se acaban los pochoclos.
Pedro esperó a que Zaira estuviera lista y salieron.

-Zai, necesito hablar von vos, de algo serio.
-Pepe no me asustes ¿Qué pasa?
-Te lo voy a soltar así nada más porque no sé como decírtelo, solo no grites.
-Muy bien, suéltalo.
-Creo, creo que me estoy enamorando de Paula.
-¡Qué! –gritó lo más audible posible
-¡Zaira no grites! –gritó Pedro
-¡Cómo queres que no grite! –gritó
-¡Bajando la voz! –gritó
-¡Pero mira nada más como me decis las cosas! –gritó
-¡Te dije que no sabía cómo decírtelo! –gritó él
De pronto notaron como todas las personas a su alrededor los veían asustados- ambos se alejaron.
-Pedro A. ¿Qué me acabas de decir? –susurró
- Lo que escuchaste, y no me mires así. Te juro que yo no tenía intención de hacerlo.
Zaira se lanzó a él abrazándolo con fuerza y sonriendo.
-¡Me agarraste de sorpresa, pero yo creo que es maravilloso!
- Yo no lo sé, estoy realmente confundido.
-¿Paula lo sabe?
-¡Claro que no! Y espero por tu bien que no le digas nada.
-Mi boca esta sellada compañero, pero yo creo que se lo tenes que decir.
-No creo…con todo lo que paso, no se si sea buena idea, además te aseguro que ella no me ve como yo la veo a ella.
-Eso no lo sabrás hasta que le digas lo que sentis. ¡Aww pero que lindo sería verlos a ustedes dos juntos! ¡Hacen una pareja perfecta!
-¿Vos decis? –dijo medio sonriendo
-¡Sí! Creo que lo que tenes que hacer es demostrárselo, sin decirle nada y esperar a ver si se da cuenta. Si no se da, entonces hablas con ella. Pero de ninguna manera te podes quedar callado.
-No se Zai…
-Mira, yo voy a hablar con ella…
-¡No!
-¡Espera hombre! No de lo tuyo si no de cómo se siente, tal vez ella ya quiera establecer una relación pero no se anima….
-No sé si quiero saber la respuesta
El celular de Pedro comenzó a sonar, el cual contestó sin ver la pantalla.
-¿Se puede saber en donde están? –dijo Paula

lunes, 29 de abril de 2013

Capitulo 23



A la hora de reiniciar la sesión, Paula estaba más que repuesta, las palabras de Pedro la habían alentado y su abogado la había aconsejado.
Ella tenía las de ganar.
Llevaron de nuevo a Facundo, y todos se acomodaron en sus respectivos lugares.
-Señora Chaves necesito hacerle unas preguntas más.
Ella se puso de pie.
-¿Cuando comenzó su esposo con el maltrato físico?
-Hace aproximadamente tres meses y medio.
-¿Antes de eso, él había mostrado signos de violencia?
-Facundo siempre había sido posesivo y un poco controlador pero nunca en exceso, creo que en realidad nunca le presté atención a eso, poco a poco se fue tornando un poco más violento, comenzó a gritarme, a controlarme, a exigirme cosas. Pero no fue hasta hace tres meses que comenzó a golpearme.
La jueza asintió.
Paula regresó a su asiento. Ahora era el turno de Facundo.
-Señor P… por sus comentarios hechos anteriormente usted aceptó la culpa por el maltrato físico a su esposa. Tengo las pruebas para comprobarlo además.
-Su señoría –dijo el abogado de Facundo -Mi cliente acepta la culpa del maltrato físico, pero la señora Chaves está exagerando las cosas, además el señor P… afirma que ella disfrutaba de eso, incluso varias veces fue ella la que lo pidió.
Paula tuvo que cerrar los ojos y aguantarse. No tenia que perder los estribos.
-La amenaza supuestamente hecha contra el señor Alfonso es completamente falsa, no existe prueba de ello, solamente el testimonio de la señora de (P)…. Eso no es una prueba contundente.
-¿Y su cliente tiene pruebas acerca de lo que está diciendo? Porque me gustaría verlas.
-Lamentablemente no se cuenta con una grabación de los hechos.
Paula sonrió. Estaba atrapado.
-¿Qué me dice del intento de violación?
-Su señoría como le dije, eso no fue un intento de violación. A la señora le gustaba que las cosas se pusieran fuertes e incluso agresivas, el señor (P) nada más se dejó llevar por el momento.
Pedro se estaba agarrando con fuerza al asiento para no golpear a Facundo y su abogado. ¡Vaya que quería arrancarles la cabeza! Sentía como la rabia revoloteaba por su cuerpo al escuchar las cosas que decían de Paula. Pero sonreía al mismo tiempo ya que no tenían pruebas de nada y Paula sí.
-Señora Chaves, ¿Qué tiene que decir al respecto?
-Que es falso, por supuesto.
-Señor Alfonso tengo entendido que fue usted quien llevó a la señora al hospital.
-Así es.
-Me podría contar como pasó todo.
-Claro. Dos amigas de Paula y yo sospechábamos que algo no andaba bien con ella desde hacía tiempo, el mismo día en que encontré a Paula, por la mañana le hice una visita a su oficina y le comenté acerca de que Zaira, una de nuestras amigas, suponía que el problema era que Facundo pensaba que Paula y yo teníamos algo más que una amistad. Yo se lo pregunté a ella y ella me lo confirmó. En la noche recibí una llamada de Paula gritándome desesperada, pidiéndome ayuda, le pregunté qué pasaba pero ella no me pudo responder, escuché a lo lejos la voz de un hombre gritando y luego la llamada se cortó. Intenté llamarla varias veces pero no me contestó hasta que después de varios minutos ella volvió a llamar y me dijo que necesitaba que fuera por ella, la recogí en un parque que esta a una cuadra de su casa.
-¿Cómo la encontró?
-Al llegar al lugar no la pude ver en el coche así que me bajé, de pronto ella se acercó corriendo hacia mí pidiéndome que nos fuéramos de allí inmediatamente. La vi tan asustada que no renegué y nos subimos al auto, ella no dejó de llorar en todo el camino hasta que llegamos a mi casa en donde pude ver que su ropa estaba destrozada y tenía muchos golpes por todo el cuerpo. La llevé a las clínicas de inmediato. El resto de la historia creo que ya lo sabe.
La jueza le dio permiso a Pedro de sentarse y comenzó a revisar unos archivos en su escritorio.
-Algo más que deseen agregar las dos partes antes de que se tome una decisión.
Ninguno agregó nada más.
-Muy bien. Si no hay nada más que decir, la decisión ya está tomada.
Todos contuvieron la respiración.
Era hora, Facundo podría salir como un hombre libre o pagar años de cárcel por todo el daño cometido.
-Basado en los relatos de varios testigos, y las evidencias… declaro al señor Facundo P. culpable de todos los cargos.
Pedro suspiró de alivio al escuchar el veredicto y abrazó a Paula, ella se aferró fuertemente a sus brazos y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas. El abogado de Paula sonrió satisfecho.
Pero no todos tomaron bien la noticia.
-¡Qué!
-¡Esto no puede ser! Yo no tengo la culpa de que a mi mujer le gustara la agresividad, yo lo hacía porque ella disfrutaba conmigo. ¡Ella es la que tiene que pagar!
Facundo se había levantado hecho una furia, los oficiales lo tomaron de prisa para evitar que causara algún destrozo.
-¡Me las vas a pagar maldita zorra! ¡Esto no se va a quedar así! ¡El día que salga de la cárcel me las vas a pagar todas!
Paula le detuvo la mirada y le sonrió.
-En ese caso, te voy a estar esperando Facundo, ya no puedes hacerme ningún daño, ya no.
Facundo se volvió loco.
La jueza ordenó llevarlo de nuevo a la comisaría.
-¿Qué va a pasar con él ahora? –preguntó Pedro.
-Se llevará a cabo la sentencia, probablemente con todos los cargos encima en cuestión de días ya estará en la prisión de la capital. No saldrá de allí por lo menos en unos cincuenta años. –respondió la jueza
-¿Qué va a pasar con el divorcio?
-Eso ya es historia, mañana mismo tendrá los papeles, en casos como estos en los que se comprueba el maltrato físico y más si el acusado ya está condenado es cuestión de papeleo. No necesitamos la firma del señor (P), solamente la suya.
Paula respiró, su corazón se aceleró.
-Es usted una mujer libre, señorita Chaves.
Paula suspiró, ¡Qué bien se escuchaba la palabra señorita de nuevo! Claro que lo había notado. Y claro que se sentía libre.
-Muchas gracias por todo.
-No tiene nada que agradecer, la justicia se hizo presente.
Después de eso la jueza se puso de pie y salió del juzgado. Pedro y Paula agradecieron a su abogado por todo y quedaron de acuerdo para recibir los papeles de divorcio.
Ahora sí, todo había terminado.
Por fin podía respirar con toda la libertado del mundo y ya no sentía ningún peso sobre ella, como la jueza le había dicho, era una mujer libre, de todo.
-Pau, estoy muy orgulloso de vos.
Paula sonrió y lo abrazó de nuevo.
-No habría logrado nada sin vos ni Zai, ustedes son mi familia, ustedes son todo mi soporte. Gracias por todo.
Estuvieron unos minutos más abrazados hasta que decidieron salir.
Zaira fue corriendo hasta ellos queriendo obtener noticias de lo sucedido, pero Paula se llevó una sorpresa al ver a Florencia también allí.
-¡Flor! ¿Qué haces aca?
-¡ Vengo a apoyarte! ¿Qué más?
Paula sonrió.
-¡Pero ya decinos que pasó! ¿Cómo les fue?
-Declararon a Facundo culpable ¡Y tengo el divorcio!
Sus amigas solamente se dedicaron a abrazarla, después de todo, todo lo que había pasado Paula no era nada agradable.
Pero ahora todo sería pasado y nada más que eso.




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Ay! Chau Facundo, para siempre? Ojala!
Que lindo es leer sus comentarios y criticas tambien! Me alegra que guste esta historia! Al ser TAN  fuerte tenia como cierto miedo a que no gustara!
Hoy aprovecho que tuve un rato libre y subi, porque nose si a la tarde iba a tener internet!
Hasta mañana!:)

Capitulo 22


Paula no podía con los nervios, en cualquier momento la llamarían para entrar al juzgado.
-¿Señorita Chaves?
-Sí –respondió inmediatamente
-Ya puede pasar
Pedro y Zaira se pusieron inmediatamente de pie y caminaron junto a ella, hasta que un oficial los detuvo.
-Solamente puede entrar uno de los dos
-¿Qué? –gritó Zaira
-Zai, calmate –dijo Pedro
-Está bien, está bien, creo que en este caso es mejor que entres vos, pero por favor si ves a Facundo rómpele la cara por mí.
-Zai… -ahora fue Paula.
-Esta bien, no digo más nada, los voy a estar esperando afuera. Pau vos no tenes por qué tenerle miedo a ese tipo, decile todo lo que tengas que decirle de una vez, no te guardes nada.
-No te preocupes Zai que así lo haré.
Ambas amigas se abrazaron fuertemente, luego de la mano con Pedro entraron a la sala del juzgado.
Facundo aun no estaba dentro. Los nervios crecían de anticipación, de pronto sintió como Pedro colocó ambas manos en los hombros de ella…
-Tranquila, yo estoy con vos.
Ella lo abrazó.
-Dios, no sabes cuánto me sirve que estés aca.
Una de las puertas de la parte de atrás se abrió dando paso a un Facundo vestido completamente de gris y con esposas en las manos. Paula se congeló al verlo.
Pedro la abrazó más fuerte.
-¡Vaya! ¡Vaya! ¿¡Por qué no me sorprende verte con este imbécil?! –gritó Facundo
-¡Señor P… ! Me va a hacer el favor de mantenerse callado y guardarse sus comentarios a menos que yo le otorgue el permiso –dijo la jueza
Facundo nada más hizo una mueca.
Pedro sentía que le hervía la sangre por dentro. Tenía tangas ganas de darle una buena paliza al aun marido de Paula, pero se estaba conteniendo, debía aguantar por Paula.
-Por favor todos en su lugar – dictaminó la juez.
El abogado de Paula y el de Facundo eran de los mejores del país, al parecer él daría pelea fuerte, pero no podría ganar. Paula estaba completamente convencida de ello.
Lo que se estaba llevando a cabo no era un juicio, tratarían de llegar a una solución sin llegar a un juicio, pero escucharían las dos partes de la historia y sin jurado la juez llegaría a un veredicto.
-Señor Valdez, puede hablar.
Marcos Valdez era el abogado de Paula.
-Mi clienta ha levantado una denuncia de maltrato físico, intento de violación e intento de asesinato contra el señor P… , además de que por supuesto solicita el divorcio.
-Muy bien, ¿Cómo se declara de éstas acusaciones señor P… ?
Facundo sonrió débilmente.
-Inocente
Pedro quiso matarlo.
Paula se tensó inmediatamente.
-Señor Valdez, ¿Hay alguna prueba de las acusaciones?
-Por supuesto.
El abogado acercó uno de los maletines a la jueza.
-La primera son estas fotografías tomadas el día martes 25 de junio del presente año, la señorita Chaves sufrió un fuerte abuso físico por parte de su esposo y ese misma día fue el intento de violación. Como se puede apreciar en las fotografías la señorita tenía toda la ropa desgarrada y con severo golpes en todo el cuerpo. El doctor Casillas quien atendió a la señorita Chaves comprobó que poseía muchos rastros de golpes anteriores que evidenciaban una larga historia de abuso físico.
Paula quería llorar, pero aguantaría. Odiaba recordar ese día, odiaba recordar todos los días al lado de Facundo, pero escucharlo así enfrente de él la estaba comiendo viva. Quería irse, no quería escuchar nada.
Pedro notó la incomodidad de Paula, tomó su mano entre las suyas y entrelazaos los dedos, la apretó fuertemente tratando de brindarle todo su apoyo y fuerza, ella apretó su mano mucho más fuerte.
-La segunda prueba es esta soga encontrada en el lavadero de la casa de la señorita Chaves en donde hay rastros de sangre de mi clienta.
-Señorita Chaves ¿Me podría explicar que fue exactamente lo que pasó? –preguntó la jueza
Pedro estaba atónito. ¿Un lazo con sangre? ¿Qué demonios había pasado? No estaba seguro de querer escuchar la historia.
Paula se puso de pie.
-Facundo llegó ese día completamente tomado, yo me encontraba en la sala, me reclamó porqué uno de sus amigos comentó algo acerca de mi y que él tenía suerte por tener una mujer como yo… de la nada… Facundo comenzó a gritarme de que yo era una cualquiera, que probablemente yo ya me habría acostado con él, yo lo negué y le grité que no se me acercara, él se puso más agresivo….
Paula hablaba con rabia en la voz, lo que menos había era miedo.
-Corrí por una de las salidas de la sala pero tropecé, me alcanzó y me arrastró de los tobillos hacia él, me pegó en el rostro, yo trate de zafarme, hasta que logré arañarlo, pero solo logré enfurecerlo más. Me tomó del pelo y arrastrada me llevó al lavadero en donde con la cuerda me amarró fuertemente a un tubo y comenzó a golpearme por todas partes…. –lágrimas lentas comenzaron a deslizarse por los ojos de Paula
Todos se encontraban atónitos con el relato, Paula describió cada golpe, cada insulto, la forma en cómo la dejó tirada.
-Creo que porque estaba tomado se cansó más rápido de lo normal por lo que cuando ya no pudo estar completamente bien de pie se detuvo, me advirtió que no me acercara a nuestra habitación y me soltó. Me dejó tirada en el lavadero, yo por supuesto no podía moverme, mis muñecas sangraron un poco por la fuerza en la que estaba amarrada y a cada golpe ésta me rozaba, al día siguiente Facundo salió. Yo como pude me levanté y me limpie las heridas, como podrán suponer apenas había rastros de color piel en mí, decidí ese mismo día irme de la casa.
-¿Qué la detuvo?
-Estaba lista con el bolso cuando apareció de nuevo, yo le dije que me iba, que no soportaría más los golpes pero Facundo me amenazó.
-¿Con que la amenazó?
-Él creía que entre Pedro y yo existía algo más que amistad, por ello me amenazó con matarlo si yo daba un paso fuera de la casa.
Pedro quiso morirse. ¿Cómo era posible que Paula haya soportado eso? Estaba horrorizado con la historia que ella acababa de contar, simplemente no podía creerlo.
-¿Tengo que seguir? –preguntó Paula
-¡Claro! ¡Ahora te haces la víctima! ¡Ya no sabes ni qué inventar! Te quedaste porque quisiste, no porque yo te amenazara. Te gustaba que te golpeara, aceptalo. –gritó Facundo.
Paula sintió la sangre hervir por su cuerpo. No comprendía como alguna vez pudo llegar a amarlo.
-¡Como te atreves! ¡Sos un cínico, un desgraciado!
La furia se apoderó de ella inmediatamente se lanzó hacia él y le propinó una cachetada.
-¡Sos un infeliz! Pero dejame decirte que ¡nada de lo que hiciste va a lograr derrumbarme porque vos sos una basura y yo me voy a encargar que los próximos días de tu vida los pases refundido en la cárcel! Ya no te tengo miedo y vas a pagar por lo que me hiciste.
-¡Señorita Chaves por favor tranquilícese y regrese a su lugar! –gritó la juez
Pedro fue por ella, la apretó fuertemente a él.
-Vamos Pau.
-¿Y todavía negas que tenes algo con él? ¡Sos una cualquiera! ¿Qué no lo ve su señoría? ¡Ella está haciendo todo este teatrito para conseguir el divorcio y quedarse con todo para después ir a revolcarse con este periodirsucho!
Pedro estuvo a punto de golpearlo, si no fuera porque Paula lo detuvo.
-¡Basta señor P…! ¡Le dije claramente que se quedara callado! No quiero que vuelva a abrir la boca a menos que yo se lo indique, si lo vuelve a hacer perderá la oportunidad de defenderse. Nos vamos a un receso de quince minutos.
Paula se quedó de pie con la mirada fija en Facundo, no le iba a dar el gusto de verla llorar, de verla débil.
Los oficiales levantaron a Facundo y lo sacaron de la sala…Paula se derrumbó en Pedro.
-¡Es un desgraciado! ¿Por qué no me deja en paz? ¡Qué quiere de mí! –dijo desesperada
Pedro la abrazó con fuerza.
-No escuches nada de lo que dice, esto es lo que él quiere, que pierdas el control, quiere verte vulnerable para poder manejarte, no lo escuches Pau. Te prometo que no voy a dejar que te siga haciendo más daño Paula, pero tenes que aguantar, es la única manera.
Paula comenzó a llorar.
-Pepe esto es tan difícil, recordar es tan…doloroso. Verlo ahi sentado tan relajado me da tanta rabia….
-Ya lo sé hermosa, pero aca estoy yo, no estás sola. Y sé que sos más fuerte que esto, Facundo va a pagar por lo que hizo, eso te lo prometo.
Paula se aferró fuertemente a él y él la sujetó con fuerza.
-Saca todo lo que tenes adentro ahora Paula, porque cuando regrese le vas a demostrar quién sos y de qué sos capaz.