-Está un poco flojo, lo quiero un poco más ajustado.
-Paula tampoco vas a estar como una
sardina ¡No vas a poder bailar!
-¡Mira como se ve, parece que tuviera una
bolsa en el estómago!
-Zaira deja a Pau, es su vestido. Es su
Casamiento.
-Gracias Flor.
Zaira resopló.
-Está bien, está bien ya no digo nada.
Los preparativos para la boda ya estaban
en proceso. No querían retrasar nada, en cuestión de dos meses Paula y Pedro
serían marido y mujer.
Paula estaba muy emocionada. Por fin
podría usar el vestido blanco enorme con el que siempre soñó casarse. Con
Facundo su boda solamente había sido por el civil, así que no hubo nada de
vestidos, nada de iglesia y nada de damas de honor. Pero esta vez Pedro y ella
se estaban encargando que todo fuera perfecto y como debía ser.
-Está quedando hermoso Pau…
Paula tuvo que tomar un respiro y verse al
espejo. Todo parecía un sueño, el vestido estaba quedando tal y como se lo
había imaginado.
-¡Buenas tardes..! –dijo feliz.
-¡Pedro! –gritaron las tres al unísono.
Florencia y Zaira corrieron a la entrada.
-¿Qué crees que estás haciendo?
-¡No podes pasar! ¡Andate! ¡Fuera!
Desde el fondo se escuchó un grito de
Paula.
-¡Hey tampoco es para que lo traten así!
-¡La novia tenía que ser! –bufó Zaira.
Pedro rió.
-¿Me podrían decir que está pasando? No
entiendo nada.
-¡Paula se está probando su vestido!
-¡Así es! Por lo tanto vos no la puedes
ver; es de mala suerte.
Pedro rodó los ojos.
-Está bien, está bien, no voy a entrar.
¿Pero no es necesario que salga cierto?
-No, creo que exageramos un poco –dijo
Flor.
-¿Un poco?
-¡Bueno bastante!
Pedro soltó una carcajada.
Unos minutos después Paula estaba lista
para partir. Pedro se levantó inmediatamente al verla y la saludó como debe
saludar un prometido a su prometida.
-Comprendemos la necesidad que tienen,
pero por favor contrólense enfrente de nosotras.
Pedro y Paula rieron.
-Sara, ¿Para cuándo es la otra cita?
-Dentro de dos semanas.
-Muchas gracias.
Todos se despidieron de la diseñadora.
-¿Necesitas que te llevemos a casa Zai?
-No se preocupen por mí, tengo varias
citas con varios departamentos.
Pedro hizo una mueca.
-¡No me hagas caras! ¡ sabes perfecto que
ahora más que nunca tengo que irme de tu casa!
-Ni le respondas Pepe, además yo la voy a
acompañar, así de una vez por todas se decide por uno. –dijo Flor.
Todos se rieron.
A los pocos minutos cada pareja se
encontraba en camino a su destino, Paula y Pedro seguirían buscando las cosas
para su boda.
-¿Recuerdos o regalos?
-¡Regalos! –gritó entusiasmada.
Pedro y Paula habían quedado con una
tienda departamental para que ellos pudieran seleccionar una lista de los
artículos que los invitados y allegados a su boda podrían comprar para ellos.
De esa manera evitaban los regalos
repetidos y todo sería de acuerdo a su gusto; lo único que faltaba es que ellos
seleccionaran exactamente cuáles serían los regalos.
-Buenas tardes señorita.
-Buenas tardes, ¿En que los puedo ayudar?
-Venimos a escoger los regalos para
nuestro casamiento.
-¡Ah! ¿Ustedes son Paula y Pedro Alfonso?
Ellos asintieron felices.
-¡Encantados de tenerlos aca! Pasen,
adelante y disfruten.
La señorita les había dado un dispositivo
para que marcaran todo lo que desearan.
-Te vas con cuidado Paula.
Ella sonrió maliciosa.
-¡Dejame disfrutar esto! Vamos a
seleccionar absolutamente todo lo que nos guste…
Pedro sabía que todas las mujeres eran un
peligro con efectivo o tarjetas de crédito en mano, pero estaba aterrado con
Paula. ¡Había seleccionado de todo sin medirse! El simplemente había escuchado
el sonido de aceptado millones de veces…
Aunque debía aceptar que era divertido.
¡Él no tendría que gastar ni un centavo! Además también participo en la
selección de regalos.
-¡Esto es increíble! -dijo riendo Paula.
Al terminar ambos salieron con una sonrisa
enorme en el rostro.
-Bueno, creo que me enviciaste con esa
máquina ¿Qué te parece si nos casamos de nuevo el otro año también? –dijo Pedro.
Paula soltó una carcajada, seguidamente
tomó posesión de los labios de su prometido.
-Pensándolo bien, esto me gusta más.
Ella sonrió.
-¿Listo para seguir?
-¡Por supuesto!
-Amor, me refiero a los recuerdos.
Pedro hizo una cara de disgusto.
Ella rió.
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Y acá esta el ante-ultimo! :(
Espero que les guste! Y gracias por los
comentarios!
Hasta mañana! :)
Genial!!!!!!!!!!
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