Paula abrió los ojos lentamente.
No asimilaba en donde se encontraba.
Enfocó su vista hacia su lado
izquierdo y vio a Pedro dormido en el sofá.
¿Por qué había regresado Facundo?
¡Por qué justo ahora! ¡Por qué cuando por fin creía que podía ser feliz!
¿Todavía tenía que seguir sufriendo? ¿Qué no era suficiente ya?
Paula no pudo evitar comenzar a
llorar, pero ya no tan efusivamente como antes.
Pedro escuchó algo a lo lejos.
Despertó inmediatamente. Quería matar a Facundo con sus
propias manos. Se levantó rápidamente del sofá y se colocó en cuclillas a un
lado de Paula.
-Hey…hey, princesa no llores que
se me parte el corazón.
-¿Por qué regresó? ¿Qué no hizo
suficiente daño ya? –dijo llorando.
Pedro comenzó a acariciar su
cabello, intentando calmarla.
-No sé por que regreso, pero te
juro que no voy a permitir que se vuelva a acercar a vos. Siento no haber
estado ahi cuando él llegó.
Paula levantó su mano derecha y
tocó suavemente el rostro de Pedro.
-No sabíamos que iba a llegar, no
te disculpes por eso, llegaste en el momento indicado, como siempre. ¿Te lastimó
mucho?
-No te preocupes por mí, estoy
bien. ¿Qué te hizo ese imbécil antes de que llegara?
Paula desvió la mirada y detuvo
su caricia.
-Pau…
-No es necesario que lo sepas.
-No te quiero presionar pero
necesito que me digas que te hizo. Esto no se puede quedar así.
-Pepe…
Paula relató cómo pasaron las
cosas de principio a fin, Pedro había tenido que apretar la mandíbula y
aguantarse las ganas de salir a reventarle la cara a Facundo. Sentía una
impotencia tan grande al no haber estado allí para defenderla.
-Dios Pau…. Siento no haber
estado ahi… yo tendría que haber estado con ustedes.
-Deja de decir eso. No había
manera de que pensáramos que Facundo estaría allí. Pero no paso nada grave, eso
es lo que hay que agradecer. ¿Florencia se encuentra bien verdad?
Pedro asintió.
-El golpe no fue grave, hay que
esperar a que despierte nada más.
-¿Te puedo pedir una cosa?
-Lo que quieras.
-Abrazame.
Pedro se levantó y subió con Paula
a la cama…ella se sentó y se aferró a él.
Pedro ya no dijo nada más, solo
dejó que se desahogara.
-No me sueltes por favor, no me
dejes sola. –dijo sollozando.
-Aca estoy Pau, no me voy a ir a
ningún lado.
Pedro tuvo que aguantarse las
ganas de llorar, tenia que ser de nuevo aquel poste al cual Paula se podría
aferrar, debía ser fuerte para que ella pudiera aguantar.
Paula lloró hasta quedarse sin
lágrimas, finalmente pudo quedarse dormida, Pedro no se movió ni un centímetro.
No lo haría. No la dejaría sola; sin darse cuenta él también se quedó dormido.
Florencia ya estaba de pie y
consiente, era libre de irse a la hora que ella quisiera.
-¿Segura que te sentis bien?
-Solo me duele el golpe, estoy
bien no te preocupes.
-Bueno, cualquier cosa me avisas
y nos volvemos al hospital ¿de acuerdo?
-Sí, sí.
-¿Cómo está Pau?
-La verdad no lo sé. Cuando la
fui a ver aun estaba dormida.
-¿Está internada?
-No, nada más le dieron un
calmante, puede irse en cualquier momento.
-¿Te parece si pasamos por ella y
nos vamos? Estar acá me deprime.
-Me parece una buena idea.
Caminaron juntos hacia la
habitación donde se encontraba Paula, al abrir la puerta se sorprendieron de la
escena que encontraron.
Paula y Pedro estaban durmiendo
juntos, ella recostada en el pecho de él, y él abrazándola fuertemente.
-¡Miralos! Se ven divinos.
-Definitivamente nacieron para
estar juntos.
-Esto indica que Paula no
reaccionó tan mal a lo de Facundo.
-Sí, creo que tenes razón. Así tiene
ser, ese ******* no tiene de tener ningún poder sobre ella ya.
-¿Te parece que debamos
despertarlos?
-Aunque no quiero, sí. No creo
que a Paula le guste despertar y estar encerrada en este cuarto de hospital.
-Sí, se va a sentir mejor en
casa.
Zaira entro a la habitación con
cuidado, se acercó a Pedro y comenzó a despertarlo.
-Pepe…Pepe… Despertate –susurró.
-Mmm…
-Soy Zai…
Pedro comenzó a abrir los ojos y
a reaccionar.
-¿Qué pasa?
-Creo que es mejor que nos
vayamos a casa, Florencia ya está dada de alta, hace unas horas despertó.
Pedro asintió con la cabeza,
mientras que Zaira salía de la habitación para darles espacio a los dos a
reaccionar.
-Pau –dijo al mismo tiempo que
acariciaba su cabeza.
Ella se acomodó aun más.
Pedro sonrió.
-Pochi, despertate…es hora de
irnos a casa.
Paula se rascó los ojos.
-¿Qué hora es?
-No tengo la menor idea, pero
entre más pronto salgamos de aca mejor ¿no?
Ella asintió.
Paula se levantó primero, Pedro
la siguió, poco a poco se despejaron y tomados de la mano salieron de la
habitación.
Florencia se lanzó a sus brazos.
-¡Pau!
Paula la abrazó fuertemente.
-¡Flor! ¿Estás bien?
-Sí, sí… ¿Vos como estas?
-Ahora estoy perfecta. Pero voy a
estar mucho mejor en cuanto vaya a la comisaria.
Todos se quedaron sorprendidos.
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Espero que les guste el cap!
Garcias por los comentarios y la buena onda chicas!
Hasta mañana!:)
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