-¡La comida esta exquisita!
-Lo sé, ya no puedo más.
Después de que ambos hubieron
declarado sus sentimientos, los nervios desparecieron completamente.
Disfrutaron de una cena
maravillosa, además de divertirse como hacía mucho tiempo no lo hacían ellos
dos solos.
El mozo a final llegó con la
cuenta en mano.
Pedro la examinó e hizo una
expresión de que ya se esperaba que la salida no fuera a salir tan barata, Paula
frunció el seño.
-¿Cuánto salió?
-¿Para qué queres saber?
-Estoy segurísima que esta cena
te costo un ojo de la cara.
Pedro rió.
-Si ese fuese el caso ¿Cuál es el
problema?
-¡Que no pienso dejar que pagues vos
toda la cena!
-¡Yo te invité! Además dejame
decirte que no importa lo que han cobrado, valio la pena, creeme.
Paula no pudo responder ante eso.
Pedro sonrió.
-Vos no te preocupes ¿de acuerdo?
Te prometo que la próxima vez te llevo a un carritode la costanera. Así ya no
pondrás esa carita.
Paula se rió.
-Dale, por lo menos decime cuanto
salió.
-¡Que necia sos! ¡No te lo voy a
decir!
-Pedro….
-Paula, por favor. Yo te invité,
la cena fue mi idea.
-Pero…
-Pero nada, yo pago.
-Está bien, está bien ya no
insisto.
Al terminar la pequeña discusión,
Pedro pagó la cuenta y salieron del restaurante.
La diferencia estaba en que al
entrar ellos habían guardado cierta distancia, ahora caminaron abrazados hacia
el auto. Una vez enfrente de él Pedro no pudo resistirse y la abrazó
fuertemente.
Ella se dejó querer. Sentir la
fuerza y el calor de su abrazo era algo que necesitaba, se sentía protegida,
mimada, querida. No quería que la soltara nunca, se sentía muy bien estar entre
sus brazos, sentía que era el lugar que le correspondía.
¿Por qué no se había dado cuenta
de sus sentimientos antes?
Pedro suspiró y besó la cabeza de
Payla; gesto que la hizo sonreír.
-¿Queres que regresemos a la
casa?
Aun seguían abrazados.
Ella negó con la cabeza.
-¿Qué te parece si vamos a
caminar un rato por el parque que está cerca de casa?
-Me gusta la idea.
Pasaron unos minutos hasta que
ambos por fin se separaron de su abrazo, pedro como el caballero que siempre fue,le
abrió la puerta a Paula, una vez ya dentro ella, él tomó su lugar frente al
volante.
Pedro con un poco de duda, más
con la seguridad de lo que deseaba hacer, volteó su mano derecha hacia ella, Paula
sonrió y entrelazó su mano izquierda con la de él. El camino hasta el parque
fue silencioso, mas no incómodo, de alguna manera cada uno estaba asimilando lo
que acababa de pasar en el restaurante e incluso lo que estaba pasando en ese
mismo momento.
Eran dos adolescentes de nuevo
que no sabían que era lo correcto a hacer, no querían estropear nada, pero a la
vez querían hacer de todo. Era emocionante.
Al llegar al parque ambos bajaron
de auto, Pedro volvió a tomar la mano de Paula entre la suya y comenzaron a
caminar. Paula se recostó en su hombro y se aferró a su brazo, Pedro disfrutó de
la sensación.
-¿Te acordas cuando en la
universidad nos sentábamos a ver las estrellas?
-¿Cómo olvidarlo? Al día
siguiente un gran cero estaba pintado en mis exámenes.
Paula rió y le dio un golpe.
-¿Queres recordar viejos tiempos?
–dijo él
-Más bien, combinar los tiempos.
Pedro sonrió. Él se detuvo y al
mismo tiempo lo hizo Paula, buscaron el lugar perfecto para admirar las
estrellas.
-Mmm…creo que no había
considerado el factor vestido para esto…
Pedro rió.
-¡Oh vamos! Solamente estoy yo aca,
prometo no ver de más. Si queres te presto mi saco…
Paula sonrió.
-Está bien.
Pedro fue el primero en sentarse,
su espalda quedó recostada en el tronco de un árbol, al momento de sentarse Paula,
ella hizo que Pedro se tapara los ojos, el muy obediente lo hizo y en segundos Paula
se encontraba recostada en él, con el saco en sus piernas.
Pedro la apretó contra si,
cariñosamente.
Ella suspiró.
-Extrañaba esto.
-Sí, hacía mucho que no me paraba
a ver las estrellas, menos con vos.
-Lo sé, muchas cosas cambiaron en
cuanto me casé con Facundo.
Pedro se puso algo tenso.
-¿Todavía te duele?
-No. Lo que verdaderamente me costo
superar es la traición. Desde lo de Facundo me cuesta mucho confiar en las
personas. No sé si algún día voy a volver a hacerlo.
-¿Confías en mí?
Paula levantó su rostro hacia él.
-Existen tres personas de las que
jamás podría desconfiar, esas personas son Zai, Flor y por supuesto vos. Yo
cometí el error más grande de mi vida al casarme con Facundo.
Pedro comenzó una caricia suave
en su rostro.
-¿Lo amabas?
-Yo creo que…creí que lo amaba.
Pedro no respondió.
-Ahora me estoy convenciendo de
que, lo que sentí por él fue algo parecido al amor, que por supuesto él se
encargó de enterrar. Creo que el verdadero amor es lo que estoy empezando a
sentir.
Pedro sintió como el flujo de su
circulación comenzaba a acelerarse, las palabras de Paula significaban mucho
para él.
Lentamente acortó la distancia
entre los dos, con una mano acercó el rostro de ella hacia él, cerraron los
ojos; así enfrente de la luna y el resto de las estrellas compartieron el beso
que sería el inicio de un gran amor.
-----------------------------------------------------------------------------------
Sobredosis de amor!♥♥
Espero que les gusten los capitulos!
Hasta mañana!:)
Me muero d la emoción con tanta dulzura!!!!
ResponderBorrarme encantooo
ResponderBorrarme encanto!!!!
ResponderBorrarGracias chicas! :)
ResponderBorrar